Carcarañá. - La tumba de uno de los residentes extranjeros más antiguos que poblaron Carcarañá, Tomás Thomas, fue profanada por desconocidos que se llevaron una pieza escultórica cuyo valor aún no logra ser estimado por los historiadores. Se trata de un globo terráqueo de bronce que estaba situado en la parte superior del sepulcro.
El robo, cuyos autores podrían ser coleccionistas, pone una nueva cuota de misterio sobre una de las personalidades más relevantes y enigmáticas del pasado de la historia local, la de Tomás Thomas, un ingeniero que llegó a mediados de 1860 para trabajar en la obra del ferrocarril.
En rigor, se trata de un avanzado para la época, al que los carcarañenses le adjudican la obra del tajamar del molino, primera en Sudamérica, y los proyectos del puente ferroviario que cruza el río Carcarañá. También fue fundador de empresas como La Cremería, en cuyo derredor había un numeroso número de vacas lecheras.
Misterios del monumento funerario
El misterio que rodeó históricamente el sepulcro de Thomas está vinculado con diversas versiones y testimonios, muchos de los cuales fueron reflejados por el historiador Jorge De Biassi -recientemente fallecido-, quien se refirió en una de sus notas a las incógnitas sobre el monumento funerario del pionero Tomás Thomas. En ellas hizo referencia a un sinnúmero de leyendas que circularon por el pueblo. "No hay certezas sobre los cuerpos enterrados en la tumba de Thomas, ya que muchos estiman que no sólo están enterrados los restos del galés, sino los de un hijo muerto por un caballo encabritado", escribió en una de sus notas.
"Incluso hay quienes dicen que también están los restos del palafrenero que, presa del remordimiento por no haber podido evitar el accidente, se habría suicidado", relatan en escritos de De Biassi que fueron reproducidos por el historiador Gerardo Alvarez y por el periodista local Claudio Giolidoro.
Lo cierto es que Thomas llegó a esta ciudad para trabajar como ingeniero en el ferrocarril, al parecer gracias a una amistad que tenía con Guillermo Wheelwright, el empresario norteamericano que impulsó la obra con capitales ingleses. Pero su prolífica obra no sólo se circunscribe a la ciudad sino que también incursionó en Rosario. En 1875 propuso a la Municipalidad de esa ciudad la obra de agua corriente y años después fue el constructor de los graneros de Rosario por encargo de Carlos Casado.
Tomás Thomas, oriundo de Carmarthen, Gales, falleció a los 74 años el 3 de octubre de 1892. Inmediatamente sus restos fueron inhumados en una de sus residencias, la Manor House, que estaba ubicada en un predio de 10 hectáreas en cercanías de la ciudad y que fue demolida hace aproximadamente cincuenta años.
Posteriormente el sepulcro fue emplazado en el cementerio local y según el historiador Alvarez, se trató de una decisión de su viuda, Olivé Wolcott, antes de radicarse definitivamente en Estados Unidos. El sepulcro permaneció intacto hasta hace aproximadamente un mes, cuando fue saqueado por desconocidos.