Pablo Mihal
Como era previsible el conjunto verdinegro, defensor del título, se instaló nuevamente en una final. Ayer derrotó en el partido revancha de una de las semifinales del torneo Regional del Litoral a Universitario de Santa Fe por 24 a 5, resultado que pudo ser aún mayor si el equipo de Las Delicias hubiera jugado en su plenitud. El partido no fue bueno, y Duendes, con el oficio de sus hombres, superó sin problemas el endeble escollo que resultó el equipo santafesino, que si bien ayer le hizo mucho más partido que hace una semana atrás, no llegó nunca a inquietar al dueño de casa. Carente de ideas, repetitivo y tremendamente previsible, Universitario de Santa Fe volvió a pasar sin pena ni gloria por Las Delicias. Quizás el aspecto más destacado fue la defensa, pero también falló allí en los momentos clave. Desde el vamos Duendes fue el protagonista del partido, más allá de que cometió a lo largo de los ochenta minutos un sin fin de errores que, ante otros equipos, seguramente pagará muy caro. Fue como que tuvo momentos en los que pudo desarrollar el juego pretendido y otros en los que falló en el movimiento general del juego. Quizás lo más preocupantes fueron los errores de manejo. Los problemas en los pases y la gran cantidad de knoc on cometidos sorprendieron a más de uno, como también la falta de definición. En ese sentido, Duendes tuvo seis ocasiones claras de definir, pero falló en la estocada final. En las formaciones fijas el conjunto verdinegro mostró mucha solidez. Tanto el scrum como el line lució como en sus mejores épocas. De hecho, a partir de allí, se originaron muchos ataques. El tan preciado volumen de juego que pretende el cuerpo técnico se vio de a ratos. Cuando los jugadores lograron interpretarlo, aparecieron las mejores jugadas del partido, como en el try de Camilo Boffelli, donde pudo verse a los forwards (Gorosito, Pérez, Selva y el mismo Boffelli participaron de la misma) atacar moviendo la pelota como si fueran tres cuartos. En lo que a rendimientos personales se refiere, Pablo Bouza tuvo una actuación superlativa. El octavo y capitán verdinegro jugó un partidazo. También se destacaron Mure y Bilbao, dos hombres que vienen demostrando partido tras partido que la continuidad los hizo crecer en el juego. Después de un largo camino recorrido, donde intentó cambiar el juego, sufrió las lesiones de algunos de sus hombres clave y experimentó un recambio importante, Duendes vuelve a tener la chance de disputar los partidos por el cetro. Restan sólo ciento sesenta minutos de juego y los jugadores tienen la última palabra.
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