Los siete países más industrializados del mundo expresaron ayer su respaldo a la política de austeridad que lleva a cabo el gobierno argentino, aunque ninguno adoptó ninguna medida concreta de respaldo monetario al país.
La declaración conjunta aprobada ayer, al final de la reunión del G-7 en Génova, menciona a la Argentina y a Turquía cuando afirma que "los recientes acontecimientos en los mercados emergentes ponen de manifiesto la necesidad de posteriores progresos para reforzar los sistemas financieros internos y los presupuestos".
En esta línea, el documento apunta que "las recientes iniciativas adoptadas en Argentina constituyen pasos positivos en esa dirección".
Asimismo, señala que "animamos a la continua actualización de sus programas de reforma en estrecha colaboración con el FMI y las otras instituciones financieras internacionales".
En ese sentido, el presidente francés Jacques Chirac anunció que el Grupo de los Siete no permitirá que Argentina "colapse".
Tras una pregunta de un periodista sobre si el G-7 ofrecería a Argentina una moratoria de su deuda de 100 años, Chirac respondió riéndose: "No, no lo creo". Pero luego se puso más serio y dijo: "Al mismo tiempo, simplemente no podemos dejar a la Argentina sola".
Ayudar al país a evitar un incumplimiento en los pagos de su deuda es una respuesta normal de cooperación internacional entre los principales países, señaló Chirac en una conferencia de prensa durante el primer día de la conferencia anual del Grupo de los Ocho.
Chirac agregó que "prevenir un incumplimiento de Argentina es parte del interés común", y recordó los problemas de Tailandia en 1998, que desataron la crisis asiática que demoró dos años en ser subsanada.
"Es cierto que desplegaremos todos los medios necesarios para asegurar que Argentina no colapse", declaró Chirac.
Ronda sobre comercio
Como resultado de la primer jornada de la Cumbre de Génova, los líderes de los siete países más industrializados del mundo (G-7), se comprometieron a promover una nueva ronda de negociaciones en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que celebrará en noviembre en Qatar su cuarta conferencia ministerial.
Al término de la reunión mantenida en Génova, previa a la del G-8 (G-7 más Rusia), que oficialmente debe comenzar hoy, los siete grandes acordaron impulsar una "nueva y ambiciosa ronda de negociaciones comerciales en el seno de la OMC".
El documento lleva la firma de los presidentes de Estados Unidos, George Bush y Francia, Jacques Chirac, y los primeros ministros de Alemania, Gerhard Schroeder, Reino Unido, Tony Blair; Italia, Silvio Berlusconi; Japón, Kunichiro Koizumi, y Canadá, Jean Chretien.
Los líderes del G-7 afirman en el comunicado final que trabajarán "con los países en vías de desarrollo, incluidos los más pobres, para garantizar que la nueva ronda atienda a sus prioridades recurriendo a instrumentos que faciliten un mejor acceso a los mercados y reglas comerciales más sólidas y transparentes".
La agenda de esta nueva ronda, dice el comunicado, "deberá tener una base equilibrada y, al tiempo, reforzar y hacer extensiva la aplicación de las reglas multilaterales".