Génova. - Los primeros choques entre policías y manifestantes antiglobalización y tres nuevas falsas alarmas de bomba recrudecieron el clima de fuerte tensión en Génova a tres días del comienzo de la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8), del 20 al 22 de julio. Los enfrentamientos se registraron en Chiasso, en la frontera entre Italia y Suiza, y dejaron varios intoxicados por los gases lacrimógenos lanzados en la represión policial. Génova se ha convertido en una ciudad "blindada" por imponentes medidas de seguridad ante la inminente llegada de miles de militantes antiglobalización desde distintos países de Europa.
La cumbre del G-8 debatirá sobre polémicos temas como el escudo espacial de Estados Unidos, el protocolo de Kioto, la crisis en Medio Oriente y la crisis política en los Balcanes luego de la detención de Slobodan Milosevic.
Se espera que más de 1.000 sindicalistas de todo el mundo se reúnan hoy en Génova para discutir la globalización de los derechos, de la justicia social y de la solidaridad. Convocados por la Cgil, Cisl y Uil -las tres centrales de trabajadores históricas de Italia- los sindicalistas tratarán de realizar una suerte de G-8 de los sindicatos. Además de los líderes de las organizaciones italianas -Sergio Cofferati, Savino Pezzota y Luigi Angeletti- estarán presentes otros exponentes sindicales de distintas partes del mundo.
Ciudad "blindada"
Mientras agentes policiales efectuaron nuevos registros en sedes de grupos anarquistas, los cancilleres de los ocho países más poderosos de la Tierra comenzaron a llegar a Roma para una reunión previa a la cumbre que empezará el viernes. Pero a diferencia del lunes, cuando un atentado perpetrado con una carta bomba hirió en la cara a un joven carabinero, ayer no hubo que lamentar ninguna tragedia, aunque el nerviosismo y la tensión ante la importante cita siguen por las nubes.
En ese marco, se reportaron ayer tres falsas amenazas de bomba. Los agentes antiexplosivos de la policía detonaron dos paquetes hallados en la zona de Cornigliano: una riñonera en la estación ferroviaria de Príncipe (bloqueando el tráfico ferroviario) y una bolsa de basura frente a un banco del centro de la capital de Liguria. Sobre la medianoche del lunes, en cambio, la policía italiana logró desactivar, cinco minutos antes de que estallase, un artefacto incendiario dirigido contra el grupo antiglobalización "Monos Blancos", uno de los más activos de la coordinación Génova Social Forum (GSF).
Según los líderes de las organizaciones italianas, unos 100.000 manifestantes llegarán a Génova para protestar contra la cumbre del G-8. Los riesgos, sin embargo, llegarán de unos pocos ya que la galaxia de grupos antiglobalización está integrada en su mayoría por "pacifistas" y sólo algunos "radicales" que buscan repetir los enfrentamientos de otras cumbres.
Los grupos más radicales, que invitan a la desobediencia civil, tratarán de invadir en la manifestación del viernes la "zona roja" del G-8, perímetro en torno al Palacio Ducal, donde mantendrán sus reuniones los ocho "grandes". Vittorio Agnoletto, líder del GSF, que aglutina a unas 800 asociaciones antiglobalización, reiteró "el derecho democrático de manifestar" pero insistió en lanzar un llamado a "evitar toda violencia".
"Esperamos que el carabinero herido sea la primera y última víctima de este G-8. Estos episodios son ataques al movimiento y a la posibilidad de una dialéctica democrática", expresó Agnoletto.
El líder antiglobalización anunció, además, que irá a visitar al carabinero herido y auspició que el concierto que Manu Chao ofrecerá hoy en la ciudad "contribuya a bajar la tensión, en un clima de fiesta y de alegría".
Por otra parte, la policía allanó ayer el centro social Pinelli de Génova, perteneciente al área anárquica, sin hallar nada irregular, mientras controló documentos de activistas anárquicos instalados en un campo deportivo cercano. En otros registros efectuados ayer en varias sedes de anarquistas-insurrectos en Turín, Bolonia y Milán, las fuerzas del orden encontraron cuchillos con serrucho, barras de hierro, cajas de clavos y máscaras antigás.
La policía francesa, por su parte, reforzará desde hoy su presencia en la frontera con Italia, entre Menton y Ventimiglia, desplegando más de 500 policías y gendarmes. Génova se prepara para el fin de semana como si de una invasión de bárbaros se tratase: altas alambradas metálicas, vallas, negocios protegidos con planchas de madera, McDonald's cerrados toda la semana.
Los genoveses que no han huido en masa de la ciudad se preparan a permanecer un fin de semana atrincherados en sus casas, por lo que ya han comenzado a hacer compras y almacenar víveres. En Roma, en tanto, comenzaron a aterrizar los cancilleres del G-8 que estarán reunidos durante 48 horas en Villa Madama para profundizar los temas de la agenda de la cumbre.