Diferentes estudios han demostrado que el varicocele raramente ocurre en la niñez. Su aparición durante la pubertad pareciera estar relacionada con los cambios en el sistema endócrino-reproductor en esta etapa de la vida, y en particular con los cambios anatómicos en los genitales externos y en sus anexos.
La prevalencia de la enfermedad en la población adulta normal alcanza alrededor del 15%. Tan alta proporción ha hecho pensar a los investigadores que podría tratarse de una variante anatómica. Sin embargo, un alto porcentaje de hombres que consultan por infertilidad (35 a 40%) presentan la enfermedad, razón por la cual se ha establecido una relación causal.
Además, la mejoría de la calidad del semen, del volumen testicular y de la histología del testículo en un importante número de pacientes después de la varicocelectomía contribuye a darle soporte a esta relación.
A pesar de estas evidencias, la asociación entre varicocele e infertilidad no está claramente dilucidada. Este vínculo debe ser entendido como una relación dinámica, en la cual además del tiempo otros factores juegan un papel importante para que ocurra el daño testicular. De esa manera puede entenderse cómo un adulto joven con un varicocele de segundo o tercer grado puede presentar las variables del líquido seminal dentro de los parámetros normales.
La pregunta es si esas variables seminales permanecerán normales o si con el tiempo comenzará su declinación hasta ocurrir un daño irreversible. De allí la importancia de su estudio en el adolescente para conocer más sobre la endocrinología de esta afección.
Una de las cuestiones fundamentales que plantea el adolescente con varicocele es sobre la edad ideal para practicarle la varicocelectomía. La mayoría de los especialistas consideran que aquellos con la enfermedad de segundo y tercer grado deber ser operados. Otros opinan que el momento óptimo para la intervención son la presencia de dolor testicular y la disminución del volumen y/o de la consistencia del testículo, en razón de que en el adolescente existen limitaciones para el análisis del líquido seminal.
Los estudios con adolescentes sugieren que el deterioro de la función testicular causada por la enfermedad ocurren en función del tiempo, es decir, es un fenómeno progresivo, pero con variaciones individuales. Por lo tanto, se justifica el estudio clínico y endócrino para realizar la varicocelectomía profiláctica, evitando los daños que puede causar en la función y en la estructura del testículo.
La edad óptima para la intervención lo determina la clínica, el grado, los cambios a nivel del volumen testicular y el estadio del desarrollo puberal. Las recidivas son muy frecuentes cuando la cirugía es practicada en estadios muy tempranos de la pubertad.
Jesús Osuna Ceballos
Escuela de Medicina de la
Universidad de Mérida, Venezuela
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La Ciudad
