El Rafa iMaceratesi ntenta que las preguntas no lo sorprendan como si fueran defensores a punto de anticiparlo. Si bien su discurso se orienta hacia una actitud beligerante, trata de que el efecto de sus declaraciones no traspase la barrera de la falta de respeto. -¿También querés irte porque estás cansado por los problemas económicos? -Sí, también eso te desgasta. A lo largo de los años la relación con los dirigentes se fue desgastando un poco, porque siempre nos hicieron promesas que al final nunca pudieron cumplir. La verdad es que eso me jode muchísimo, no me gusta cuando las personas no tienen palabra. -Desde lo futbolístico, ¿sentís que tu ciclo en Central está cumplido? -No, creo que todavía le puedo dar un poco más a Central. Si bien en los últimos meses no tuve tanta continuidad por el tema de las lesiones, en el partido ante Cruz Azul recuperé mi verdadero nivel. Desgraciadamente no sirvió de mucho porque quedamos eliminados en las semifinales, pero tuve la suerte de hacer dos goles y jugar un buen partido. -¿Te molesta que digan que si no pudieron venderte cuando estabas en buen nivel menos van a poder hacerlo ahora? -No, ni pienso en eso. A pesar de que quiero irme tampoco estoy desesperado. Si no sale nada me quedo en Central, tenemos un buen plantel para pelear arriba y hacer un gran torneo. Además, a medida que se va acercando el campeonato te dan unas ganas bárbaras de jugar. No me interesa que algunos digan que no voy a volver a mi nivel. -¿Mermaste tu rendimiento por una cuestión física o porque muchas veces jugaste desmotivado? -No, este año me persiguieron mucho las lesiones. Lo que me sorprendió es que en estos seis meses el periodismo me mató y apenas jugué un par de partidos en la Copa Libertadores y en el campeonato. La verdad, me llamó la atención que me dieran tanto, sobre todo porque venía de una lesión y no había jugado tan mal. -¿Es una ventaja que a Jota Jota le gusten los delanteros experimentados? -Yo trabajo para jugar en el equipo titular. No voy a negar que es importante tener experiencia, pero cuando viene un entrenador nuevo tenés que demostrar en todo momento. -¿Ya entraste en confianza con el nuevo cuerpo técnico? -Sí, de a poco me voy soltando. Yo no conocía a ninguno, solamente tenía buenas referencias de compañeros como Vitamina, que ya los habían tenido a Jota Jota y al profesor Pedernera en la etapa de Pedro Marchetta. -¿Extrañás al Patón? -Y un poco se extraña. A Edgardo lo conozco desde que llegué a Central y es difícil olvidarse de un día para otro de una persona que estuvo tanto tiempo con uno. Pero hay que saber adaptarse a las circunstancias, el fútbol es así. Ahora hay otro técnico y voy a dejar todo para ganarme su confianza. -¿Te genera presión el hecho de que Arias ya dejó de ser una promesa para transformarse en un serio competidor a pelear el puesto? -Si bien con el Torpedo Arias somos de diferentes características no creo que sea una presión tener que disputar el puesto con él. Al contrario, esto le viene bien al equipo. Siempre es importante contar con buenos jugadores para un puesto. Además acá todos somos importantes, el momento del Torpedo también me obliga a recuperar rápido mi nivel. -¿La gente de Central te sigue bancando o ya empezó a silbarte como en los primeros partidos de tu carrera? -No, por suerte la hinchada todavía me banca. No voy a negar que algunas puteadas recibí, pero no como al principio de mi carrera, cuando me insultaban de los cuatro costados de la cancha. La gente está un poco intranquila porque quiere conseguir resultados, si hacés algo mal te insulta, pero si lo hacés bien te aplaude.
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