Año CXXXIV
 Nº 49.180
Rosario,
martes  17 de
julio de 2001
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El delantero canalla figuró en casi todos los posibles pases, pero aún no se concretó ninguno
Maceratesi: "Me quieren vender y me quiero ir"

Mauricio Tallone

Como esos presos que escriben en las paredes de la cárcel los días que les faltan para cumplir sus sueños de libertad, Rafael Maceratesi no sabe a qué calendario apelar para plasmar su anhelo de futbolista: abrochar de una vez por todas una transferencia al exterior y acomodar su futuro y el de su familia en el terreno de los siete dígitos.
En este Central de la reestructuración, ya recibieron esa recompensa varios de los titulares que estuvieron a un paso de clasificarse a la final de la Copa Libertadores. A su turno, cada uno viajó a buscar nuevos horizontes con la promesa de mandar postales y mails. Lo hizo Maximiliano Cuberas cuando arregló su incorporación al Toluca de México, Iván Moreno en su desembarco en el fútbol portugués, Ezequiel González cuando recaló en Fiorentina y hasta Matías Lequi dejó su dirección para chatear cuando aún no se sabe bien su destino.
Pero ese éxodo previsible todavía no alcanzó la ilusión de Rafael Maceratesi. Quien por ahora debe conformarse con esperar la posibilidad de agitar el pañuelo desde el pie del avión, pese a la cantidad de clubes que se mostraron dispuestos a girar hacia Arroyito para llevarse sus piques. A pesar de todo, el delantero de Central parece moverse hoy en día con mayor desenvoltura que en el papel que le tocó representar hasta hace unos años: el de figurita codiciada por clubes de primer nivel europeo y de poca vida en las canchas argentinas. Por eso, antes de entrar en conflicto con su futuro, el Rafa necesita sacar a relucir ese aire de no problem que lo rodea y reflexionar sobre este presente que lo tiene ligado a Central hasta que Dios indique lo contrario.
-¿Hay alguna posibilidad de que te vendan?
-No sé, eso tendrías que preguntárselo a los dirigentes. Ellos son los encargados de venderme.
-En los últimos tiempos alcanzaste el récord de supuestos ofrecimientos y al final seguís en Central.
-Sí, ya estoy cansado de que se hable tanto de que me voy y al final no pasa nada. Se me acabó la paciencia.
-¿Qué querés decir con que se te acabó la paciencia?
-Que no me voy a volver más loco, si me venden, mejor, y si no, me quedo en Central. Pero no quiero hablar mucho porque ya me vendieron diez veces y al final no pasó nada. Estoy molesto porque hubo mucho manoseo con respecto a mi pase. Quiero dejar bien en claro que en Central estoy muy cómodo, lo que pasa es que me gustaría una transferencia para hacer una buena diferencia económica.
-¿No creés que estas declaraciones les van a caer mal a los hinchas de Central?
-No, en esto la gente no tiene nada que ver. Yo me quiero ir para mejorar mi futuro. Si fuera por la gente y el club me quedaría a vivir en Central.
-¿Ese deseo también incluye a los dirigentes?
-No, a ellos no. Si me quedo es a pesar de algunos dirigentes.
-¿Es raro que no haya llegado una oferta después del buen partido que jugaste ante Cruz Azul en el Gigante?
-Sí, lo mismo pensé después del torneo en que salimos subcampeones. Ese año tuve un buen rendimiento y al final no pasó nada. La verdad, ya no sé qué pensar. Cuando recién arrancaba trataba de no darle tanta importancia al tema de una venta porque estaba convencido de que en algún momento se tenía que dar, pero ahora que pasó el tiempo no sé qué pensar.
-¿Quién creés que tiene la culpa de que no te vendan?
-No sé, pero si de algo estoy seguro es de que yo soy el que menos culpa tiene.
-¿Tal vez sea porque no hay ofertas concretas?
-Cuando estaba en buen nivel tenía muchas ofertas y tampoco me vendieron. Te repito, a esta altura de la cosas, ya no sé qué pensar. En enero de este año tuve una propuesta muy concreta del Betis de España pero todo quedó en la nada porque hubo demasiado manoseo para hacer la operación.
-¿A qué te referís cuando decís que hubo mucho manoseo?
-No sé muy bien qué pasó porque no estoy muy interiorizado en el tema. Pero cuando surgió la oferta de Betis sé que hubo seis o siete empresarios que me ofrecieron y uno decía una cosa, otro decía otra y cada uno pensaba en hacer su negocio. Si eso no se llama manoseo, entonces no sé qué pasó. Tal vez si el encargado de venderme hubiera sido uno solo no tengo dudas de que ya estaría vendido. Pero ya está, no quiero seguir dándome manija porque tal vez digo algo que no corresponde. Si me venden, mejor, y si no me quedaré en Central.
-¿Hablás como si no te importara nada?
-No, simplemente no quiero renegar más con nada. Estoy metido a full en esta pretemporada, si no puedo irme trataré de rendir al máximo por el bien de Central.
-¿Entonces tu mal humor no tiene que ver con lo de la venta?
-Sí, hay un poco de todo. Pero yo no lo llamaría mal humor, estoy molesto por la situación. Los dirigentes me prometieron un montón de cosas y al final no cumplieron con nada. Ya no puedo creer más en sus palabras.
-¿Viendo como está la situación no se te cruzó por la cabeza encararlos directamente y decirles que tu intención era irte sí o sí?
-No necesito decirles nada porque eso ya lo saben.
-Pero se los dijiste personalmente.
-No, se lo mandé a decir por medio de mi representante. Yo no quiero decírselo personalmente porque puede sonar un poco chocante. Ellos tienen muy clara la situación, además tengo entendido de que me quieren vender porque dicen que estoy hablando mucho y salí a decir algunas cosas que no les gustaron. Pero no me importa, los dirigentes son así, si hablás mal enseguida te quieren limpiar o sacar del camino. Por eso quiero que me vendan de una vez por todas.
-¿Por lo que decís estás pensando en que los dirigentes te quieren sacar de encima?
-Y sí, me quieren vender y yo me quiero ir.
-Entonces estás de oferta.
-De oferta no, creo que hice muchas cosas por Central como para que me traten como a uno cualquiera.



El Rafa trabaja en Villa Carlos Paz.
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