Los rosarinos no son muy adeptos a la práctica deportiva. Al menos, esto es lo que reflejó una encuesta de la Secretaría de Deportes de la Nación a la que accedió La Capital. Mientras sólo el 40,6 por ciento de los entrevistados dice realizar alguna actividad física en Rosario, este índice se eleva al 43,8 por ciento en Buenos Aires, y trepa aún más en Córdoba y Salta: allí los porcentajes llegan al 49% y 53,6% respectivamente. Pero lo más curioso es que ni siquiera el deporte nacional logra movilizar a los varones vernáculos. Sólo el 18,4% de los rosarinos juega al fútbol en forma regular, cifra que sonroja al 26,5% de sus pares cordobeses que no dudan en sumarse a esta práctica. Frente a esta pobre actuación en clubes, gimnasios o potreros y ante la conocida fama de ser Rosario una cuna de artistas, cabe la pregunta: ¿Esta inclinación cultural es la que le disputa espacio a la actividad física?
Después de un siglo de historia deportiva en el país, por primera vez se tiene una idea de cómo, dónde, cuánto y para qué practicamos estas disciplinas los argentinos. La Secretaría de Deportes de la Nación encargó la realización de la primera encuesta exploratoria de estos hábitos donde se entrevistaron a 5.500 personas de cuatro centros urbanos del país: Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Salta.
En la ciudad fueron entrevistadas 1.010 personas en nombre de los 1.166.179 habitantes del Gran Rosario (que incluye a las localidades limítrofes a la ciudad, incluso algunas de un segundo conurbano, como San Lorenzo y Roldán).
Una vez que se terminaron de procesar los datos, la encuesta mostró algunas sorpresas: esta ciudad, famosa por las tradicionales batallas entre canallas y leprosos y por su inagotable lista de futbolistas consagrados a nivel nacional y mundial, tiene paradójicamente un escaso porcentaje de varones que practican el deporte más popular. Una cifra que, encima, es menor que en otros centros urbanos del país.
Para muestra basta el dato de que sólo el 18,4% de los rosarinos dice jugar al fútbol, mientras el 26,5% de los cordobeses varones dan una respuesta similar. "Menos pero mejores", se podría replicar, sobre todo si consideran los éxitos deportivos de los equipos de una ciudad y de la otra. Central y Newell's ganaron entre ambos 8 campeonatos de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), logro nunca alcanzado por un equipo cordobés.
¿Cuna de artistas?
Los habitantes de la ciudad de "locos corazones" -según escribió uno de los músicos célebres de la aldea- conforman el conglomerado urbano menos afecto a la actividad física o deportiva, de los cuatro estudiados. Tal vez por aquello de "Rosario es el arte y su condena" que canta Lalo de Los Santos desde algún lugar, todo indicaría que existe una fuerte corriente hacia las actividades artísticas y que esta inclinación estaría restando adeptos a los deportes.
Aunque, por supuesto, esta hipótesis debería ser debidamente refrendada por un estudio en ese sentido. Porque como señaló el cineasta rosarino Gustavo Postiglione a este diario, "los porteños creen que en Rosario pisás una baldosa y sale un violinista...exageran".
No obstante, ante la consulta a los ciudadanos de por qué realizan una actividad física o deportiva, Rosario salió ganadora en el rubro "por obligación".
Especialmentelas mujeres adhieren a la actividad cuando deben cumplir con la materia Educación Física en el colegio. Y por eso que se observa una abrupta caída en los porcentajes como consecuencia del abandono de la práctica cuando se apartan de la escolaridad. De 6 a 14 años un 91,6% está activa, hasta los 19 años un 58,2% y después de los 20 años sólo un 25% de las féminas rosarinas practica deporte.
En cambio, entre los varones de 20 a 24, hay un 47,2% de rosarinos que dice estar en actividad. Un récord nacional de pasividad, a pesar de todo, ya que en igual franja etaria y sexo, en los conglomerados de Buenos Aires, Córdoba y Salta, los porcentajes oscilan entre el 63% y 71%.
Contra todo lo esperado, los rosarinos no hicieron escuchar sus reclamos sobre la falta de instalaciones o de infraestructura al momento de realizar una actividad física-deportiva. Todos aquellos que no aman el ejercicio aducen falta de tiempo, dinero y salud, en ese orden.
Dónde, cuánto y por qué
Otro capítulo de esta investigación está referido al lugar donde la gente hace la actividad, ya sea por elección o por obligación. También Rosario es distinta en ese rubro, para el caso de las mujeres. La escuela pública y privada suman un 30%, mientras que en las restantes ciudades esos valores son del 45%. En Rosario los espacios públicos se usan en un 24,5%; los gimnasios en un 14,3%; y los clubes en un 11,6%.
Un mito que se cae es el de la ciudad que "respira" fútbol. De él mucho se habla pero no tanto es lo que se juega. Veamos: hay un 46,7% de varones que realizan actividad, y un 18,4% dice practicar fútbol. En Buenos Aires, Córdoba y Salta, al 25%; 26% y 33% del total de varones les gusta jugar su partido con los amigos. Porcentualmente, más que en Rosario.
Otro hallazgo del trabajo fue descubrir que las artes marciales, llamadas genéricamente de "combate", ocupan un lugar importante en la preferencia de los argentinos y en especial de los habitantes de Rosario. Siempre dentro de la pequeña franja que practica un deporte (sin incluir actividad física no deportiva como gimnasia, caminar, correr), el 1% dice realizar estas artes orientales, en ambos sexos, superando al vóley, rugby, tenis y natación entre otros. Sólo el básquet equipara en número la cantidad de adeptos, con la obvia excepción del fútbol, para los varones.
Los niveles socioeconómicos también cuentan a la hora del deporte. La natación es una disciplina que sólo ocupa al 0,3% de los rosarinos de clase baja (deciles de 1 a 4), crece al 1,8% en niveles medios (deciles de 5 a 8) y ocupa al 2,2% de los sectores altos (deciles 9 y 10). Sin embargo, el 17% de las mujeres (13% en los varones), desearían tirarse a la pileta y nadar, pero no les resulta accesible.
A fuerza de motivación
Los varones de la ciudad que practican actividad física o deportiva con una alta frecuencia de tres o más veces por semana, representan un total del 25% de la población. Pero, paradójicamente, son los que trabajan y pertenecen a la población económicamente activa la mayoría en ese rubro, superando a los desocupados; 28% a 20%. Es claro que para hacer deporte de un modo sistemático no sólo se necesita tiempo. Hay elementos relacionados con la motivación.
Sin embargo, los rosarinos que no realizan ninguna actividad física o deportiva dan sus razones. ¿Serán auténticos? Entre los varones que trabajan, un 90% dice que le falta tiempo (mujeres 65%) y además un 10% manifiesta como causa de su inactividad la falta de dinero, dependiendo del nivel de ingresos y por supuesto, si está ocupado o no. Entre las mujeres, un 16% (entre las que tienen actividad económica) dicen no realizar ninguna actividad por culpa del dinero escaso (un 15%, muy similar, aducen igual causa, entre las que no tienen salario ni ingresos propios).
Cuando de actividad física o deportiva se trata, es esencial la frecuencia con que se realiza la práctica. Un amplio sector de la población dice hacer algún tipo de actividad ocasionalmente, 5,2% mujeres y 10,8% varones, y otro 27,8% y 34,3% (mujeres y varones respectivamente), una vez por semana. Ese holgado tercio de la población, físicamente activa, en realidad aporta poco y nada positivo a la salud de su cuerpo.
Los profesionales consultados por La Capital señalaron, claramente, que si la actividad no tiene una frecuencia mínima de dos veces por semana, resulta completamente inocua al mejoramiento de la condición física. El hecho de jugarse un picadito una vez por semana puede constituir un hecho social, recreativo y hasta psicológico que podrá ser valorado por quién lo hace; pero nunca debe creerse que la actividad esporádica o incluso semanal, significan un aporte para mejorar la condición física. En ocasiones, en especial para los adultos, el deporte ocasional no sólo no implica un aporte corporal sino que en más de una ocasión provoca lesiones, incluso graves, cuando se ingresa sin entrenamiento a una actividad física fuerte.