La existencia de gestorías truchas en la ciudad de Rosario había sido detectada el año pasado durante una investigación judicial por casos de usurpación de identidad. Entonces aparecieron las primeras pistas sobre el funcionamiento de oficinas -una de ellas en pleno centro- encargadas de "gestionar" créditos. Para ello los estafadores utilizan dos mecanismos: fabrican la solvencia del interesado o le "venden" una nueva identidad. El servicio de las falsas gestorías consiste en justificar ingresos, conseguir garantías, obtener copias de escrituras, escanear impuestos y falsificar documentos de identidad. Todo con datos y comprobantes adulterados. Luego, con esa documentación, armaban una carpeta a nombre del interesado para que éste pudiera obtener créditos o conseguir un alquiler. La maniobra se ve facilitada por la falta de exigencia de algunas entidades crediticias, que otorgan un préstamo sólo con la presentación del DNI y el recibo de sueldo. El engaño está tan organizado que los estafadores brindan sus propios números de teléfono para hacerse pasar por los supuestos empleadores de sus clientes cuando las casas de crédito quieren constatar si es verdad que éstos trabajan allí, cuánto ganan o qué antigüedad tienen. La existencia de estas fábricas de identidades y solvencia quedó al descubierto durante una investigación del juzgado de Instrucción Nº 5 por casos de usurpación de identidad. Las causas que aportaron las primeras pistas sobre estas organizaciones se iniciaron con las denuncias presentadas por personas cuyos DNI fueron empleados para sacar créditos o efectuar compras a cuenta que luego debían afrontar ellos mismos. Por esta serie de fraudes fueron detenidos Rosa Isabel Hernández, Franklin Acuña, Ida Barreda, el oficial José Raffo y Leonardo Pérez. Todos ellos fueron excarcelados, aunque aún no se resolvió su situación procesal.
| |