Mauricio Tallone
Todavía le dicen Vitamina, pero ese apoyo ya no trae consigo aquella biografía celebrada. El flaquito espigado que hace unos años solía esconderle la pelota a cuanto rival se le cruzara por adelante es un inconcluso capítulo de esta historia. Pablo Sánchez ha cambiado y de todo eso sólo ha quedado un desafío: demostrarle a Jota Jota López que su insistencia por retener su fútbol tendrá su merecido. "Cómo no voy a estar contento si hace una semana estaba afuera de Central y hoy estoy haciendo la pretemporada con las mismas chances de ser titular que de mis compañeros", acota como un pibe recién llegado de un parque de diversiones. En esa labor anda Vitamina, por eso no acumula temores ni ansiedades. Sabe que la partida de Ezequiel González le dejó servida la apuesta para recuperar su realidad futbolística, pero al mismo tiempo entiende que con el apellido del pasado no alcanza. Sabe que tendrá que hacer un gran esfuerzo, porque Tom Arriola y Luciano De Bruno son dos serios candidatos a ocupar el puesto. A falta de garantías absolutas, acomoda sus posibilidades a la disponibilidad del porvenir. -¿Estás más confiado ahora que vendieron a Ezequiel? -No, estoy más motivado. Pero eso no tiene nada que ver con la ida de Ezequiel. En otras pretemporadas también comenzó jugando él y yo igual tenía las mismas ganas. -Pero esta vez fue distinto porque si no venía Jota Jota no hubieras seguido en Central. -Sí, es cierto. Un día estaba afuera y al final me quedé. Por suerte con la llegada de Juan recuperé las ilusiones. -¿Te hubieras quedado si venía otro técnico? -No sé, pero me alegra muchísimo que Juan me haya pedido. Mi idea era quedarme en Central, es más, tuve una oferta económicamente más seductora desde México pero la rechacé porque ya le había dado la palabra a la gente de Central. Estaba con tantas ganas de seguir en el club que todo me salió redondito. El tiempo se encargará de decir si tomé una decisión acertada o no. Pase lo que pase mi deseo era quedarme. -¿Sos consciente de que esta es la última chance que tenés en Central? -Sí, creo que sí. Ya tengo 28 años y no puedo dejar pasar otra oportunidad para demostrar mi verdadero nivel. Además en Central hay muchos chicos de las inferiores que vienen cumpliendo muy buenas temporadas y si no rindo este año tendré que dejarle el lugar a ellos. -¿Qué balance hacés de tu segunda etapa en Central? -Fue un año bastante irregular, no tuve la chance de jugar mucho. No controlé la cantidad de partidos pero no fueron tantos. En los primeros seis meses empecé jugando en buen nivel, pero siempre tenía adelante a Ezequiel y se me hacía difícil consolidarme. Tampoco le quiero echar toda la culpa a eso porque mis mejores partidos en el club fueron cuando no jugué en una posición que era la mía. No puedo decir que mermé mi rendimiento porque no jugué de enganche, creo que se juntaron un par de causas, además hubo algunas cosas en el medio que no alcancé a entender. -¿Cuáles? -Que un día el Patón me ponía de titular y al otro quedaba al margen del plantel. -¿Suena a reproche para Bauza? -No, simplemente nunca entendí porque un día jugaba y al otro día no estaba ni concentrado. -Teniendo en cuenta la poca continuidad que tuviste en el último año, ¿en algún momento te arrepentiste de tu vuelta a Central? -No, jamás me arrepentiría de jugar en Central. En este club me crié y me siento muy cómodo. Quizás me hubiera gustado haber tenido más oportunidades para demostrarle al hincha que todavía puede seguir confiando en mí. -¿Creés que la gente de Central sigue confiando en tu juego? -De la gente de Central no puedo decir nada, al contrario, siempre me bancó y me demostró su afecto. Quizás si yo sintiera que el hincha no me banca como antes hubiera aceptado alguna oferta. -¿Si se hubiera quedado Bauza qué hubiese sido de tu vida? -Seguramente estaría buscando club afuera de Central porque Bauza ya me había dicho que no me tenía en sus planes. -¿Sentís que te defraudó? -No, yo no me puedo poner en contra del entrenador. Primero confió en mí y me trajo a Central. No puedo echarle toda la culpa a él, aunque en algunos momentos me sentí relegado. Seguramente también hubo algo de culpa mía, lo que nunca terminé de entender es que me haya puesto de titular dos partidos seguidos y al domingo siguiente no figuraba ni en la lista de concentrados. Son decisiones del técnico y yo como jugador y empleado del club no me quedó otra que aceptarlas. -¿Tal vez al Patón le faltó el convencimiento que tuvo Jota Jota? -Puede ser, pero más allá de que me hubiera gustado jugar más, el Patón siempre me fue de frente. Cuando yo le comenté que tenía una buena posibilidad de Gimnasia me dijo que si vendían a Ezequiel o si entrábamos a la Libertadores quería que me quedara. Por eso te digo que me fue muy sincero conmigo. A pesar de que no me dio garantías de que iba a jugar, tengo que agradecerle ese acto. -¿Alguna vez llegaste de deprimirte? -No, pero no le recomiendo a nadie escuchar un partido de Central como visitante. Por suerte tengo una familia de hierro que siempre me bancó en los momentos más complicados. -¿Jota Jota te pidió porque te conocía desde tu etapa con Pedro Marchetta? -Supongo que sí, yo hablé con Jota Jota y me dijo que confiaba mucho en mí y que si me había pedido era porque creía que podía recuperarme. -¿Te prometió la titularidad? -Me dijo que iba a tener las mismas oportunidades que todos, pero también me recalcó que nadie tenía el puesto asegurado. Con el sólo hecho de que todos vamos a arrancar de cero ya es importante, no nos olvidemos de que hace un par de días estaba con un pie afuera. -Más que con un pie afuera, estabas con los dos. -Sí, estaba en la lista negra de la reestructuración.
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