El Comíte Olímpico Internacional (COI) designó ayer a Pekín para que sea sede de los Juegos Olímpicos de 2008, lo que desató una fiesta en la capital china. El anunció fue formulado por el presidente del organismo, el español Juan Antonio Samaranch, en la asamblea que el organismo realizó en Moscú. Sin embargo, Pekín tuvo que superar como escollo la dura oposición de las organizaciones mundiales de derechos humanos, que cuestionan la política del gobierno al respecto y en especial la aplicación de la pena de muerte. En septiembre de 1993 Pekín había perdido por apenas dos votos ante Sydney en la carrera por la sede de los juegos de 2000, lo que en ese momento fue atribuido a la represión en la plaza de Tianamen a las manifestaciones antigubernamentales de junio de 1989. Según Amnistía Internacional (AI), en China se ejecutan al año cerca de 3.000 personas, cifra que dobla a la del resto del mundo, y permanecen en la cárcel cientos de presos políticos, la mayoría vinculados al movimiento de Tianamen. Desde Lausana, Suiza, el organismo internacional instó ayer a Pekín a "adherirse a los principios de la Carta Olímpica", manifiesto en el cual se reclama, entre otras cosas, "el establecimiento de una sociedad pacífica y preocupada por preservar la dignidad humana". Pero los Juegos Olímpicos son un espectáculo deportivo que da soporte a un negocio multimillonario, en el que temas como los derechos humanos o la pena de muerte no son prioridad, como ya se había visto muchas veces en el pasado, por ejemplo con la realización de la competición en Estados Unidos, que también aplica la pena de muerte, en 1996. Pekín sorprendió ganando cómodamente con 56 votos, y superó ampliamente a la segunda candidata, Toronto (Canadá), que sumó 22. Según algunos trascendidos, la ciudad canadiense había despertado oposición entre los miembros del COI de países africanos después de que su alcalde, Ben Lastman, hizo días atrás "bromas" racistas sobre las costumbres de ese continente. Osaka (Japón) fue la primera postulada que quedó eliminada en la votación, y luego fueron descartadas París, Estambul y Toronto. Esta será la tercera vez que los Juegos Olímpicos se harán en el continente asiático. La primera ocasión fue en Tokio en 1964 y luego la sede fue Seúl, en 1988. Entre los 106 miembros del COI con derecho a voto en la primera vuelta estuvo el representante del Comité Olímpico Argentino, Antonio Rodríguez. Las cinco ciudades que compitieron ayer por la sede de los Juegos 2008 habían surgido de 10 postuladas en febrero de 2000. Cuando en Pekín se conoció el resultado de la votación, la ciudad tuvo una explosión de júbilo y se lanzaron fuegos artificiales, al tiempo que miles de automovilistas hicieron sonar sus bocinas. En la céntrica plaza de Tianamen decenas de miles de pequineses bailaron al igual que en el parque del milenio, donde el presidente Jiang Zemin suele comunicar al pueblo los acontecimientos más importantes. Las Olimpiadas del 2008 pueden iniciar una etapa de acercamiento con Taiwán, la isla que Pekín considera una provincia rebelde. El gobierno de Pekín declaró últimamente su disposición a conceder a Taiwán algunas pruebas deportivas para los juegos. Durante la elección de ayer, las preguntas de los miembros del COI a los dirigentes de las cinco ciudades que se postulaban giraron en torno a la lucha contra el doping, la preocupación por el medio ambiente e incluso, en el caso de Osaka, por el riesgo de terremotos; y la rapidez de los enlaces entre las sedes de competición.
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