En el tenis hay muchos temas que son realmente neurálgicos, complejos. Y entre ellos, uno de los más importantes es referido a la situación de los padres de los tenistas, y sobre todo en el área de menores. Por eso, el miércoles último, en uno de los salones del Patio de la Madera, la Federación de Tenis de la Provincia organizó una charla para padres y profesores bajo el lema: Como ser un buen padre de un tenista. El evento contó con la disertación de uno de los oficiales del área de desarrollo de la ITF (Federación Internacional de Tenis) y de la COSAT (Confederación Sudamericana de Tenis), el profesor chileno Miguel Miranda. El docente trasandino es uno de los profesores especialistas en este tema y su exposición fue presenciada por una interesante cantidad de padres, profesores y entrenadores de la región. Durante la charla, Miranda mostró las diferentes facetas y actitudes de los padres, y cómo estas se vuelven en contra en la personalidad de los chicos ya sea cuando entran a una cancha y o en su vida en general. Más allá de que con su excelente buen humor y tacto para decir las cosas, en más de una oportunidad en el auditorio se notó la identificación de muchos padres que no saben cumplir con el rol de tal y sin quererlo cometen equivocaciones que perjudican el desarrollo personal de su hijo. Entre otras cosas, en su 39ª charla por el mundo, el oficial de la ITF, comentó: "Existen distintas causas que a los chicos le producen angustia, estrés, irritabilidad, impaciencia, rechazo, cansancio, agotamiento, lesiones frecuentes, infecciones ó baja de defensas. Y entre ellas, podemos mencionar la presión de los padres, familiares, dirigentes, entrenadores y amigos; trabajos con régimen de carga alto; falta de preparación física, técnica, táctica y mental; enfrentarse con rivales agresivos ó éxitos repentinos que no se mantienen. Para ello se deben tener planificaciones con un cronograma desde los 5 a los 18 años, que sean equilibrados y dónde exista la combinación con otros deportes". En referencia a las actitudes de los padres dijo: "Hay padres frustrados, negativos, indiferentes, restrictivos, con intereses económicos u orgullosos. Pero también está el que le interesa la realización personal de su hijo. Ese es afectivo en el que no destaca el resultado sino el empeño y demuestra que lo quiere; comprensivo que estimula y alienta siempre; el que aconseja sólo cuando el hijo se lo pide y en términos que él maneja, el que se preocupa con una frase como en qué te puedo ayudar y que es compañero, opuesto al indiferente". Para todos los casos, Miranda, también tuvo sugerencias: "para lograr el desarrollo del niño se deben tener criterios comunes en la pareja, hablar siempre en términos positivos a través del método sandwich, es decir, lo negativo debe ir siempre en el medio de dos cosas positivas". La sala completa escuchó cada ítem con atención. Seguramente en muchos ejemplos varios la mayoría se sintió identificada, pero a pesar de lo duro que fue por momentos el mensaje dejó enseñanzas muy claras. A los que les cuesta, despacito, sería bueno que las empiecen a poner en práctica. No por ellos, por sus hijos.
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