Un agente policial agonizaba anoche tras recibir un disparo en la cabeza efectuado por uno de los tres cómplices del preso que custodiaba en el Hospital Carrasco, adonde los delincuentes llegaron para liberarlo. El oficial vigilaba la habitación cuando ingresaron dos jóvenes y una chica que, sin darle tiempo a reaccionar, lo sujetaron por la espalda y le dispararon a quemarropa un tiro en la nuca. Rápidamente, los captores liberaron al preso de las esposas y protagonizaron una estrepitosa huida: atravesaron a la carrera una puerta vidriada que da al exterior de la sala llevando al preso consigo y dejando el sector plagado de vidrios. La espectacularidad y violencia del rescate resultó desmedida: a las pocas horas el prófugo estaba otra vez tras las rejas. En tanto, el policía permanecía al cierre de esta edición en estado de coma profundo, con gravísimas lesiones cerebrales y asistido mecánicamente por un respirador.
El rescate ocurrió tan rápida y sigilosamente que el personal del hospital municipal recién advirtió que pasaba algo grave al escuchar la detonación de un arma de fuego. Entonces todo fue confusión y revuelo. Segundos después el detenido y sus cómplices escaparon a través de una puerta vidriada que da a un jardín interno. Tuvieron que atravesar corriendo las dos hojas de vidrio de la puerta que estaba cerrada con llave. El lugar quedó cubierto de vidrios y manchas de sangre a raíz de la herida que sufrió el agente, Alexis Salguero, de 23 años. El oficial pertenecía a la última camada de egresados de la Escuela de Cadetes de la policía y revistaba en la seccional 17ª.
Esposado a la cama
Todo ocurrió alrededor de las 15.30 de ayer en la sala de internación del Hospital Municipal Gabriel Carrasco, de bulevar Avellaneda 1402, especializado en enfermedades infecto contagiosas. En la habitación 2A, desde el 27 de junio pasado, estaba internado el preso Juan Gómez, de 27 años, quien está infectado con el virus HIV y padece de tuberculosis. Mientras el detenido era visitado por su hermana, menor de edad, Salguero los vigilaba desde una silla ubicada en el pasillo, junto a la puerta de la habitación.
El ingreso de dos jovencitos y una chica al lugar fue tan repentino que pasó desapercibido para el personal del hospital. Según un vocero policial, los tres desconocidos se dirigieron hacia el custodio y prácticamente lo fusilaron. Los delincuentes lo redujeron por la espalda y, sin darle tiempo a reaccionar, le efectuaron un disparo a quemarropa en la nuca con un revólver 9 milímetros. La bala le atravesó la cabeza y salió a través del ojo izquierdo del agente, que quedó tendido en el piso del pasillo.
Los maleantes no le sustrajeron el arma reglamentaria. En cambio, según una fuente policial, se apropiaron de las llaves de las esposas que sujetaban al enfermo a los barrotes de la cama y lo liberaron.
"Minutos antes había estado en esa habitación y le suministré un Reliveran al preso. Después fui a la office de enfermería y escuché un estallido que sonó como la caída de un objeto pesado. Pero cuando me di vuelta vi a dos vaguitos que se mandaron a través de los vidrios de la puerta, como en las películas", contó con incredulidad el único enfermero del sector que presenció parte de los hechos y describió a los intrusos como unos "jovencitos" de físico menudo. "Recién entonces tomé conciencia de que había sido un disparo. Y pensé en el policía", continuó.
Al profesional, que pidió reserva de su nombre, se le transforma la cara cuando recuerda la escena que presenció al entrar en la habitación: "Lo primero que vi fueron los pies del policía. Después descubrí que tenía el ojo izquierdo prácticamente salido", reveló.
El preso al que había asistido minutos antes ya no estaba en su cama. Había escapado junto a su hermana y sus captores. Los cinco saltaron el tapial que rodea al establecimiento, sobre calle Río de Janeiro, y se perdieron en distintas direcciones. Una mujer policía -que custodiaba a una detenida en el mismo sector- advirtió lo que pasaba y salió tras ellos. Se produjo un breve tiroteo, pero la agente no logró alcanzarlos.
Huida y recaptura
Junto al muro por el que huyeron, los maleantes dejaron una escopeta. Y en la esquina de 3 de Febrero y Lima apareció un arma 9 milímetros que, según presumen los investigadores, sería la usada para ejecutar al agente.
El policía quedó inconsciente y sufrió pérdida de masa encefálica. Lo trasladaron de urgencia al Centro de Emergencias de Rosario, de Alvear al 800, donde anoche permanecía internado en terapia intensiva. Su estado era muy delicado: se encontraba en coma cuatro y una tomografía constató graves lesiones cerebrales.
El evadido, en tanto, fue recapturado poco después por el Comando Radioeléctrico en la zona noroeste de la ciudad, en pasaje Sotomayor al 600. Se entregó sin oponer resistencia, dijeron los voceros. Su condición de prófugo duró apenas dos horas: a las 17.30 fue ingresado a la seccional 6ª, que interviene en el hecho por razones de jurisdicción, con las manos sujetas en la espalda por un par de esposas.
También fue detenida su hermana, que lo visitaba al momento de la evasión, y una mujer que lo alojó en su casa hasta que fue recapturado. La policía informó que Gómez está a disposición de tres juzgados penales acusado de robo calificado.