Siempre que se presentan momentos difíciles a lo largo de un partido, un equipo, y más si es candidato al título, tiene que hacer aflorar las condiciones extras que lo encumbran como uno de los favoritos, y eso es lo que hizo el domingo el seleccionado argentino de fútbol Sub 20 para imponerse a su par de Francia.
Con la victoria por 3 a 1 frente a los franceses el juvenil albiceleste consiguió el pase a las semifinales del Mundial de la categoría, destacándose la capacidad goleadora de Javier Saviola, la habilidad de Andrés D'Alessandro y la seguridad de su sistema defensivo, que casi nunca les permitió a los galos utilizar la peligrosidad de su goleador Cisse.
El Pibito de River Plate, máximo artillero del torneo con ocho tantos, anotó los tres goles en la última victoria y volvió a revelarse como la carta ofensiva del equipo.
En tanto el volante D'Alessandro, que no es titular, cada vez que ingresó le cambió la cara al sistema ofensivo del equipo y en varias oportunidades terminó siendo la figura de la cancha llegando desde el banco de suplentes.
Firmeza defensiva
Otro de los puntos altos que evidenció el representativo nacional, especialmente en los dos últimos choques, fue el buen funcionamiento del sistema defensivo.
La inclusión de Nicolás Burdisso en la zaga central en lugar de Mauro Cetto y de Julio Arca (se recuperó de una lesión) por Gerardo Seltzer, le otorgaron la solidez que no tenía antes, y a ese buen rendimiento se sumó la firmeza de Fabricio Coloccini y Diego Colotto.
Pero el equipo dirigido por José Pekerman mostró también algunas ausencias futbolísticas notorias, como las de Leandro Romagnoli y Esteban Herrera.
El Pipi todavía no logra insertarse en el sistema de juego y mostró muy poco del talento que lo convirtió en figura del San Lorenzo campeón del Clausura 2001.
Otro que no consigue encajar dentro del esquema del equipo es el delantero de Boca Juniors Herrera, que pese a tener dos goles en su haber, no supo capitalizar todas las opciones de convertir que tuvo y perdió cierto crédito, aunque seguirá siendo titular tras la lesión de Alejandro Domínguez.
El equipo de José Pekerman superó la primera fase del torneo con comodidad. Triunfo frente a Finlandia en el debut (2 a 0), goleada en la segunda presentación ante Egipto (7 a 1) y despedida a todo fútbol con Jamaica (5 a 1).
En octavos de final, los Pekerman Boys tuvieron su primera prueba de fuego, por ser locales y candidatos, ante China, un rival que nunca se refugió en su arco y por el contrario propuso un encuentro frontal.
Argentina tuvo que transpirar la gota gorda tras ponerse en ventaja a los 4' del primer tiempo con gol de Maximiliano Rodríguez. Y luego del empate oriental, los chicos dieron su primera muestra de hombría y se impusieron por 2-1 para pasar de rueda.
Adiós campeón europeo
El próximo objetivo era el equipo galo, que venía con el título de campeón europeo, y nuevamente un gol tempranero tranquilizó el ánimo de los juveniles y la gente que colmó el estadio José Amalfitani.
Sin embargo, los albicelestes atravesaron situaciones duras que les impidieron apelar al buen fútbol que los caracteriza y debieron recurrir a esos ingredientes extras para ubicarse entre los cuatro mejores del Mundial.
Coraje, valentía, hombría, corazón joven o como se lo quiera llamar, algo que los hinchas definen de manera más explícita, es lo que pusieron los pibes de José, y más aún después de la grave lesión de Alejandro Domínguez (ayer fue confirmado que Sebastián Bueno lo reemplazará en la lista de buena fe tras la fractura de tobillo derecho que obligó a intervenirlo en el mediodía).
En semifinales chocarán con un viejo conocido de varias batallas sudamericanas como Paraguay. Los guaraníes no contarán para mañana a las 5 de la tarde con su mejor figura, el corpulento delantero Julio González, quien fue expulsado el domingo ante República Checa.
El rival será duro, pero los hombres de Argentina tienen el crédito abierto porque ya demostraron que cuando el encuentro se torna adverso, el fútbol se deja de lado y se recurre al plus que también gana partidos. Y de eso bien pueden dar pruebas China y Francia.
La Ciudad
