Alberto Ku King
Lima. - Vladimiro Montesinos, el otrora todopoderoso hombre fuerte del régimen del destituido presidente Alberto Fujimori, era considerado reservado y de perfil bajo en sus siniestros planes delictivos, políticos y psicosociales pero también en el plano sentimental. Al parecer dos mujeres formaron parte de su capacidad amatoria en momentos que nadie sospechaba de su oscura capacidad para el delito en "cosas grandes". La historia de amor de Montesinos aún no empieza por contarse, pero todo indica que el jefe de la mafia peruana tenía mayor predilección por una hermosa mujer, a la que enamoró desde 1995 y que luego la hizo suya hasta mantenerla oculta, bajo siete llaves, en distintas y siempre lujosas y resguardadas residencias, en muchas de las cuales se construyeron túneles y dormitorios bajo varios metros de la superficie. Trinidad Becerra, su esposa, con la que tuvo dos hijas, vive un drama aparte, bajo detención domiciliaria, porque se supone que se le atribuye complicidad con su marido en la administración de cuentas bancarias con fondos ilegales. Jacqueline Beltrán, la amante de Montesinos que se define como la "esposa moral", también sufre prisión bajo sospecha de haberse enriquecido ilegalmente al amparo de las actividades delictivas del hombre del cual se enamoró durante casi siete años. Ambas mujeres forman parte de la vida sentimental, abierta para la primera y oculta para la segunda, de un personaje que parecía tierno en el amor pero duro, siniestro y deshonesto en el quehacer delictivo y político. La Beltrán, una hermosa mujer de 32 años, clama por su inocencia y demanda a las autoridades judiciales que la liberen, que le permitan estar al lado de su hija de su fracasado primer matrimonio. Los dos mujeres han expresado públicamente que nunca conocieron de las andanzas de Montesinos, que la vida privada de ellas nunca se vieron motivadas o relacionadas entre sí y que el ahora detenido ex asesor tampoco compartió los momentos que lo llevaron a dominar el poder y delinquir. Trinidad Becerra declaró recientemente: "Soy inocente...para mí todo esto es una novedad...estoy viviendo una pesadilla junto con mis dos hijas...ojalá se aclare todo". La Beltrán, mucho más joven y bella que su rival sentimental, afirma que "enamorarse no es ningún pecado, ni tampoco un delito. Yo no tenía conocimiento de las actividades del señor Montesinos. Mi vida con él fue siempre de hogar". "Montesinos es una persona adulta, responsable de sus actos y que deberá responder ante la Justicia. Pienso que aclarará con la verdad todos los hechos en los que se ha visto envuelto, Lo único que sé es que él no fue sincero conmigo", sostiene Jacqueline Beltrán desde la prisión para mujeres en Lima. Mientras Trinidad Becerra y a sus dos hijas Montesinos las trataba como parte importante de su familia, Beltrán era la mujer de sus sueños, la mujer a la que le brindaba todo su cariño y amor, como parece descifrar la propia amante, ahora desilusionada con el comportamiento de Montesinos, según ella. "No tengo vergüenza porque no hice nada malo...estoy desilusionada de todo, pero no amargada. (Montesinos) me prohibió mantener el contacto con mis amistades, decir que lo conocía e incluso revelar que manteníamos una relación sentimental desde 1995", contó al diario El Comercio. La joven reclama su libertad y señala que ella está detenida sin ser culpable, mientras la esposa, a la que le atribuyen manejo de cuentas de la corrupción, está con arresto domiciliario. "No es justo", afirmó. Por lo pronto, no se sabe si Montesinos ha reclamado por ambas mujeres, pero todo parece indicar que la bella Jacqueline no quiere verlo jamás y que si Montesinos pidiera verla, ella sencillamente le diría que "no".
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