Un sabor agridulce produjo ayer entre los alcaldes de las ciudades colombianas escogidas como sedes de la Copa América la decisión de la Confederación Sudamericana de Fútbol de aplazar el torneo para el próximo año, a raíz de los problemas de violencia que azotan al país.
Los alcaldes, que habían anunciado posibles demandas internacionales si el evento era cancelado, dijeron que la medida les produce sensaciones encontradas de "tranquilidad y molestia".
Según el alcalde de Bogotá, Antanas Mockus, la determinación tomada es "salomónica", aunque no deja de tener cierto matiz de "castigo".
Mockus señaló que, aunque el torneo se realizará el próximo año, se presentarán pérdidas económicas en las sedes, pues todo estaba planificado para recibir a los visitantes en los próximos días.
Optimismo en Medellín
Por su parte, el alcalde de Medellín, Luis Pérez, dijo que la decisión es "un primer paso" en favor de Colombia e incluso le da tiempo a las ciudades para "perfeccionar la organización de la competencia".
Empero, agregó Pérez, "todo esto no deja de ser lamentable", en especial para los sectores que hicieron inversiones económicas de cara al torneo.
Según Pérez, su administración se empeñará en organizar diversos eventos que lleven turistas a Medellín, a fin de mitigar las pérdidas.
La alcaldesa de Pereira, Martha Bedoya, dibujó su sentimiento con una definición bastante curiosa : "Estoy mitad emocionada, mitad frustrada".
Mientras el alcalde de Manizales, Germán Cardona, dijo que el anuncio causa "complacencia nacional", ante la seguridad que se tenía en Colombia de que la sede sería trasladada, su colega de Armenia, Mario Londoño, dijo que, "de todos los males, el menor es el aplazamiento".
El alcalde de Barranquilla, Humberto Caiaffa, fue el que mostró mayor enojo, pues dijo que se valieron de una "excusa" para impedir los planes de Colombia, en referencia al secuestro y posterior liberación del vicepresidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Hernán Mejia.
"Todas las sedes estaban preparadas. Aquí veo que no hubo solidaridad con Colombia. La decisión no es clara", manifestó el alcalde de Barranquilla.