La Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF) le devolvió ayer a Colombia la sede de la Copa América, pero se disputará en el 2002, en una fecha que se acordará la próxima semana en Buenos Aires.
"Se va a jugar el año que viene, probablemente en enero, pero eso no está definido aún", dijo el presidente de la Federación Venezolana de Fútbol, Rafael Esquivel, al concluir una reunión de la CSF en Buenos Aires.
"La fecha será resuelta en el congreso de la Fifa", que se celebrará del 5 al 7 de julio en la capital argentina, "donde se van a presentar los calendarios de las distintas federaciones", explicó el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Julio Grondona.
"Estoy muy conforme con la decisión que se ha tomado (...) fue una postura lógica de postergar el campeonato", agregó Grondona.
La CSF le había retirado el jueves la sede a Colombia debido a la inseguridad creada por la guerra interna que vive ese país entre la guerrilla izquierdista, paramilitares de derecha y el ejército.
La gota que derramó el vaso fue el secuestro del vicepresidente de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), Hernán Mejía, por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).
Horas después de que se anunciara que el torneo de fútbol más antiguo del mundo ya no se jugaría en Colombia y Brasil se presentaba como sede alternativa, Mejía apareció sano y salvo.
Campaña presidencial
Desde entonces el presidente colombiano, Andrés Pastrana, lideró una campaña para que su país recuperara la que el mismo denominó como la "Copa de la Paz", en alusión a las negociaciones que está impulsando con la guerrilla.
"La Copa América se jugará el próximo año en la República de Colombia, en fecha a establecer de común acuerdo entre la Confederación Sudamericana, la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) y el sponsor", afirmó el presidente de la CSF, el paraguayo Nicolás Leoz.
"Dios quiera que la liberación de Hernán Mejía sirva para que ese pueblo colombiano, que no se va a quedar sin fútbol, pronto pueda llegar a un consenso de unidad y de paz", destacó.
La decisión de la CSF fue tomada con algarabía por los representantes colombianos, quienes pensaron que si les retiraban la sede se hundían los planes de su gobierno de utilizar el torneo para mejorar la imagen de un país golpeado por un conflicto interno que en 10 años provocó 40.000 muertos.
"Estoy muy feliz porque teníamos casi perdida la Copa y ahora Colombia ha sido ratificada", dijo a la salida de la reunión el presidente de la FCF, Alvaro Fina.
"Si nos quitaban la Copa les estábamos dando un pasaporte al terrorismo y a la violencia", agregó.
"No hay condiciones en Colombia para hacer el torneo tal como estaba previsto, del 11 al 29 de julio", explicó. "Nadie puede garantizar nada ... ojalá que no sigan pasando cosas, ojalá que no pase nada de aquí a enero", fecha probable para que se realice el torneo, dijo Fina.
El presidente de la FCF, también hizo una comparación entre la situación social de Colombia y la que vivió Argentina cuando organizó el Mundial de 1978.
"La violencia está en todas partes. Recuerdo que cuando en 1978 se jugó la copa (del mundo) en Argentina bajo un régimen militar, desaparecieron 30.000 personas que todavía siguen siendo buscadas por las Madres de Plaza de Mayo", dijo Fina.
"Tenemos que seguir luchando contra el terrorismo y el secuestro", subrayó.
La Ciudad
