De la docena de temas que integran "Silver Sorgo", gestados en distintas etapas entre 1998 y 2001, el más nuevo es "El enemigo". "Lo compuse -dice Spinetta- al volver de un viaje a Los Angeles, y probando un nuevo sistema de guitarra virtual. Desde un principio sabía que era una canción hippie. Por momentos la veo como una especie de «Sólo le pido a Dios», pero pensando como un ateo. Quiero decir, yo no soy ateo, creo en lo inevitable, en la lejanía. Aquí mi intención fue procesar la voz de manera tal que se entienda, pero después, como si fuera una resonancia del sentido". Spinetta confiesa también que "El enemigo" es uno de los temas que más le gusta de su nuevo disco. "En este tema -agrega- se puede dar algo así como una doble forma de ser escuchado, todo bajo la responsabilidad del oyente. De esta manera se lo induce a involucrarse con el mensaje principal, que es: «Hay que impedir que juegues para el enemigo». Ese enemigo es, para mí, el conjunto de decisiones y acciones fallidas, realizadas bajo el deseo explícito del enriquecimiento personal, traicionando los fines más sagrados, envileciendo la lealtad de la palabra. Por eso creo que hay que volver para sembrar algo mejor que esto. Con esta estrategia de querer todo a toda costa, sin importar el daño que se provoque, el enemigo busca el poder, y el resto es avasallado. Todo compromiso, toda conciliación humana, entonces, parece imposible, y todo crecimiento y el poder tirar para adelante todos de acuerdo, se desvanecen". Respecto a lo musical, Spinetta señala que al "El enemigo" "se le agregaron guitarras, entre ellas un solo de dos partes y violas de 12 virtuales. Además, como siempre, vino Claudio Cardone y metió unos teclados, piano y Hammond, lo que le dio el toque. También, quise conservar las violas altas y la voz nebulosa, para que no se deshippizara".
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