Belgrado. - Slobodan Milosevic es considerado responsable como instigador de graves crímenes en cuatro guerras balcánicas entre 1991 y 1999 en las ex repúblicas yugoslavas de Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina y en la provincia serbia de Kosovo. La república que logró la independencia con menores daños fue Eslovenia, que perdió a 67 personas en la guerra de diez días entre sus fuerzas y el ejército yugoslavo -de mayoría serbia- a fines de junio y principios de julio de 1991.
La guerra de Croacia (1991-1995) fue en cambio mucho más dura, y Milosevic la presentó como una batalla "para proteger a la minoría serbia" en Croacia. Aquí se estima que hubo 25.000 muertos, con el doble o más de heridos.
Cientos de miles de personas debieron abandonar sus hogares. El símbolo de esta guerra es la ciudad de Vukovar, en el este de Croacia, que en noviembre de 1991 fue tomada por tropas serbias tras meses de combates. El lugar fue arrasado y 260 personas que estaban en el hospital, algunas con graves heridas, fueron sacadas de allí y masacradas cerca de Ovcara. El comandante que dio las órdenes directas fue el militar serbio Mile Mirksic, que vive aún en Belgrado y que al igual que su antiguo jefe Milosevic está en la lista de acusados del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia de La Haya.
Todavía más sangrienta fue la guerra de Bosnia (1992-95), donde los serbios constituían el 31 por ciento de la población. El resto eran bosnios musulmanes y croatas. Se estima que la cifra de muertos llega a los 200.000, en tanto que 2,4 millones de personas debieron huir de sus hogares. Aunque hubo crímenes de guerra cometidos por todas las partes implicadas, las imágenes de los campos de exterminio serbios de Omarska, Karatan, Manjaca, Trnopolje y Bratunac dieron la vuelta al mundo.
También la ciudad de Srebrenica, en el este de Bosnia, ha quedado como recuerdo imborrable de los crímenes de guerra. Tras la conquista por parte de los serbios de esta localidad, hasta entonces zona de protección de la ONU, 8.000 hombres musulmanes fueron sacados de la ciudad y asesinados.
El último conflicto fue el de Kosovo, donde en febrero de 1998 se inició la expulsión sistemática de miles de albaneses. La limpieza étnica de los serbios llevó a horrores tales como los descubiertos por estos días en Serbia: fosas comunes de civiles kosovares, muchos de ellos niños y mujeres. Milosevic ordenó durante la guerra el traslado de los cuerpos desde Kosovo, que iba a caer en manera inminente en manos aliadas, a Serbia, para ocultar las masacres. Por los crímenes de guerra cometidos en Kosovo es que Milosevic está acusado en La Haya. La guerra terminó con la intervención de la Otán en el conflicto y el bombardeo de Yugoslavia, en julio de 1999. Las tropas de la Otán entraron en la provincia secesionista y fueron recibidas triunfalmente los miles de civiles kosovares, que habían sobrevivido a las milicias serbias.
Paradójicamente, Milosevic se presentó en sus trece años de poder como el restaurador de la Gran Serbia, pero dejó al país con la menor superficie territorial de su historia y con la economía ylas infraestructuras en estado de desastre.
"Carnicero" y "pequeño Lenin"
Milosevic llegó exactamente a la presidencia de Yugoslavia en mayo de 1989 y desde ese momento, según sus detractores, se preocupó por realizar dos cosas: perseguir y encarcelar opositores y realizar la "limpieza étnica" en los territorios de la por entonces extensa Yugoslavia. Así fue como se ganó por parte el mote de "carnicero de Belgrado", "pequeño Lenin", "matón" y "villano". Pero paradójicamente su nombre significa "libertad" en serbio.
Milosevic es hijo de una familia signada por la tragedia, ya que su padre se suicidó cuando tenía 21 años, su tío, un oficial de la marina, murió del mismo modo y su madre se ahorcó en el living de su casa en 1974.
Hubo también en su vida otro hecho trascendental: en 1987, cuando estaba tambaleando la desaparecida Unión Soviética, Milosevic se encontraba en un centro cultural de Pristina, Kosovo, en momentos en que un grupo de serbios protestaba contra las autoridades albanesas. El era un oscuro cuadro comunista. La policía empezó a reprimir con bastones a los manifestantes, entonces Milosevic salió a un balcón y gritó: "Nadie debería atreverse a golpearlos a ustedes. Juro que lucharé para no permitir esto". Inmediatamente, la multitud exclamó: "Slobo, Slobo". Ese día nació Milosevic como líder del nacionalismo serbio.
Luego en 1989 vendrían las grandes purgas en el Partido Comunista serbio, y sus detractores aseguran que allí fue el comienzo de un régimen que provocaría un genocidio en Bosnia y el desmembramiento de la ex Federación Yugoslava.