Los padres de tres alumnos del colegio católico Santa Catalina de Alejandría -de la capital correntina- denunciaron por abuso deshonesto al coordinador de esa institución, el sacerdote Jorge Scaramellini Guerrero, el mismo que un mes atrás desató una polémica nacional por despedir a tres maestras porque vivían en concubinato. Hasta el momento se han radicado dos denuncias contra el cura Jorge Scaramellini Guerrero ante el fiscal del segundo turno, César Sotelo, aunque las fuentes precisaron que para las próximas horas esperaban otra denuncia similar y no descartaban que a medida que transcurran los días, se presenten otros casos de iguales características contra el sacerdote. De acuerdo con fuentes judiciales, las denuncias indican que el sacerdote habría "acariciado lascivamente" a dos chicos de 15 y 17 años, en tanto que un tercero, cuya denuncia sería inminente, tendría 16 años, todos alumnos de la escuela Santa Catalina. La presunta actitud del sacerdote está penada por el Código Penal, ya que se trata de un "delito contra la integridad sexual", y la ley 25.087 que castiga el "abuso deshonesto o ultraje al pudor". Se trata de un delito grave que puede ser tipificado como tal sin necesidad de que el abusador llegue el desahogo sexual y, según la jurisprudencia, existe tanto cuando la víctima padece el acto por parte del abusador como cuando por obra de éste actúa ella misma sobre su propio cuerpo, el del autor o de un tercero. Asimismo, está severamente penado y el sacerdote podría llegar a recibir una condena de hasta 15 años de prisión, en caso de ser hallado culpable. Los hechos, que causaron gran conmoción en la comunidad correntina, habrían ocurrido entre el 18 y el 20 de junio, pero las denuncias recién fueron radicadas el jueves último ante la Justicia. El padre de uno de los niños ratificó ayer a la mañana a una radio el tenor de la denuncia, aunque pidió ser eximido de brindar mayores detalles porque "el tema está ahora en manos de la Justicia". No obstante aclaró que los casos "son muchos y venían ocurriendo desde hace tiempo, aunque nunca salió a la luz, por el temor de los chicos a ser expulsados del colegio o ser castigados por el sacerdote". Roberto -padre del chico- instó a "todos aquellos alumnos a los que les haya sucedido lo mismo, que sabemos son muchos, tengan el coraje de denunciarlo para que estos hechos no se produzcan nunca más y esta persona reciba el castigo que se merece". El padre Scaramellini Guerrero decidió en el mes de mayo expulsar del colegio Nuestra Señora de Pompeya, del cual es director y que funciona bajo la órbita del Arzobispado de Corrientes, a tres maestras porque éstas habían contraído matrimonio con hombres divorciados. El sacerdote justificó entonces su decisión señalando que las docentes constituían "un mal ejemplo" para el alumnado debido a su condición de pareja irregular "no acorde con los artículos y reglamentos del colegio que se rige por los lineamientos básicos de la Iglesia Católica". Y llegó a insinuar que las docentes cesanteadas, que además fueron en su momento retiradas del establecimiento escolar por la policía, debían renunciar porque de lo contrario se perdería el subsidio que el Estado le otorga a la escuela. Las maestras Haydée Concepción Aguirre, Juana Dolores Ríos y Eva Deolinda Guidi se manifestaron en contra de la decisión del cura y la medida provocó un rechazo generalizado con resonancia nacional. Esto motivó la inmediata intervención del arzobispo de Corrientes, monseñor Domingo Salvador Castagna, quien decidió que las maestras fuesen reincorporadas y luego trasladadas a un establecimiento escolar no católico. No obstante la medida demoró en implementarse, porque el cura se mantuvo rebelde durante días.
| |