Una orden de suspender todos los vuelos de Aerolíneas Argentinas por cuestiones de "seguridad" reveló ayer un cortocircuito entre los directivos de la española Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) y la gerencia de Aerolíneas Argentinas en Buenos Aires. Los rumores de que Aerolíneas dejaría de volar circularon toda la tarde de ayer y sólo pudieron ser desmentidos por voceros de la empresa en Argentina, por dirigentes gremiales y por funcionarios del Poder Ejecutivo, mientras en España, la Sepi se llamó a silencio. Los tironeos entre la Sepi y la gerencia local de Aerolíneas fueron interpretados de distinta manera por el gobierno y los dirigentes gremiales, que ayer quisieron mostrar un frente unido en el ámbito sindical para que se pueda recuperar la línea aérea de bandera.
El cortocircuito se generó en base a dos interpretaciones distintas sobre un pedido de la Fuerza Aérea para que Aerolíneas informara sobre el estado psicofísico del personal de tripulación de la empresa. Es que la Sepi, debido a la requisitoria, ordenó suspender los vuelos de Aerolíneas, porque estimó que "pondría en riesgo la seguridad de los vuelos", según lo confirmaron voceros del holding en España, sin esperar que se reuniera en Buenos Aires el comité de seguridad de la empresa que debía definir si había problemas para operar.
La decisión de España generó demoras en cuatro vuelos y un estado de nerviosismo y acusaciones contra la Sepi de parte de los gremios que se reunieron en el complejo porteño La Plaza para mostrar una imagen de unidad.
Pese a las presiones, la gente local de Aerolíneas resistió la medida de levantar los vuelos -sólo hubo demoras en cuatro- y, tras la resolución del comité de seguridad, decidió reanudar las operaciones. El comité indicó que "no había problemas de seguridad" en la empresa y confirmó "el buen estado de salud" de los trabajadores, posturas que fueron comunicadas a España, y obligaron, finalmente, a la Sepi a dar marcha atrás con la decisión original, según dijeron voceros de la compañía en Buenos Aires.
El resultado final del comité de expertos de la empresa aérea fue contundente: no hay inconvenientes en materia de seguridad. "Se vuela con los márgenes habituales de la compañía y por tanto no hay motivo para suspender operaciones", dijeron las mismas fuentes.
El comodoro Jorge Reta, vocero de la Fuerza Aérea, aclaró por su parte que "siempre se realizan estudios psicofísicos de rutina cada seis meses en el personal de tripulación", y que "la empresa tiene la responsabilidad en el día a día" de chequear la salud de sus trabajadores.
Compromiso de los aeronáuticos
Los siete gremios aeronáuticos de Aerolíneas se comprometieron ayer a "asumir las medidas necesarias para garantizar la continuidad operativa y comercial" de la empresa, con el objetivo de atraer el interés de "genuinos inversores y en defensa" de la fuente de trabajo.
El secretario de la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico, Ricardo Cirielli, aseguró que las versiones sobre suspensiones totales de los vuelos circuló "en respuesta" a la unificación de los siete sindicatos aeronáuticos.
"Este trascendido es otra de las estrategias que hace la Sepi y es en respuesta de que nos reunimos los siete gremios", afirmó Cirielli. El gremialista dijo que "no hay ningún problema de seguridad" en la empresa, aseguró que "estamos todos trabajando" y explicó que "no hay problemas en cuanto al funcionamiento" de la empresa.
El secretario general de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (Apla), Jorge Doyle, aseguró que la suspensión "no se llegó a cumplir, porque a las 17.15 la empresa confirmó la continuidad de los vuelos".
A última hora de anoche todos las operaciones en el Aeroparque metropolitano Jorge Newbery, como así también en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, se desarrollaban normalmente, por lo cual se alejaban definitivamente los rumores de nuevas suspensiones de rutas.
La Ciudad
