El conflicto municipal en Capitán Bermúdez se parece cada vez más a esos culebrones que se estiraron tanto que sus autores no saben cómo terminar. Mientras tanto, tratan de mantener el rating convocando nuevos actores, como en este caso Horacio Usandizaga. Nada de eso termina impactando favorablemente en los principales perjudicados: los vecinos, quienes ya deben estar muy fastidiados de este festival del más de lo mismo. Ayer la Municipalidad volvió a estar cerrada. Custodiada por los policías para evitar la toma, los empleados en conflicto volvieron a manifestar frente a sus puertas esperando una respuesta que, según decían, les había prometido el intendente Gerardo Carlucci ante sus reclamos salariales y gremiales. Al no encontrarlo, se enfurecieron. Sin embargo, a partir de la fuerte custodia policial eligieron cortar la ruta 11 con una gran quema de cubiertas. Por otra parte, un grupo de empleados enfatizó su intención de poder trabajar. En principio, decidieron reunirse en la sede de Acción Social con un grupo de 40 contratados y algunos beneficiarios de planes Trabajar para ir todos juntos hasta la Municipalidad. Pero "la falta de seguridad" -confió un empleado- los disuadió y permanecieron en dicha repartición. Este grupo de agentes asegura no ser partidario del intendente, pero entiende que es necesario trabajar para recaudar y superar la crisis, tal como lo afirma el gobierno local. Por otra parte, comenzaron a dar forma a una comisión en vistas de crear un nuevo sindicato municipal en la ciudad. Este grupo decidió agruparse a partir de ciertas discrepancias con la conducción de Jesús Monzón. "Somos unas cien personas que optamos por desafiliarnos y que no queremos que jueguen con nosotros. Pedimos tener la libertad de trabajar como otros tienen la libertad de hacer paro", dijo Marcelo D'Annunzio, un empleado de planta permanente. Para la denominada Unión de Trabajadores Municipales, el paro ya no está justificado, ya que el intendente "cumplió con los pagos que prometió". A mediados de mes este grupo se reunió reiteradas veces con Carlucci para armar un cronograma de pagos. "La idea es congelar la deuda y comenzar con los pagos corrientes todos los meses, de esta forma podría recaudarse y ver cómo se paga lo que falta", explicaron. El municipio va cubriendo sus pagos por medio de vales y todos los viernes se realiza un pago semanal, "pero el viernes pasado en el marco del paro ni siquiera pudo hacerse ese pago, lo cual nos sigue perjudicando", explicó D'Annunzio.
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