En un año en el que Benetton Treviso terminó cuarto el torneo italiano y quedó eliminado en cuartos de final de la Euroliga, Marcelo Nicola ratificó sus pergaminos en el básquetbol europeo. Ahora descansa en su ciudad natal, Rafaela, y la Confederación Argentina (Cabb) tiene la palabra para su regreso a la selección.
Luego de tres años, Marcelo Nicola (de 30) regresó a Rafaela. En estas tres temporadas el alero rafaelino retornó a su mejor nivel en Europa y en una de las instituciones que por su nombre es sinónimo de prestigio, aunque no sea de las que cuentan con el mayor presupuesto del básquet italiano. En el Benetton Treviso, el jugador surgido en el Ben Hur rafaelino se dio el gusto de ganar la Copa Saporta, una Copa de Italia y jugar dos finales de Liga. El último año hubo sequía en materia de títulos, pero acceder a los cuartos de final de la Euroliga (cayeron ante el AEK de Atenas) y ser semifinalistas del certamen italiano, perdiendo ante el múltiple campeón Kinder Bologna, no son poca cosa. Se quedará por unos días en Rafaela, visitando amigos junto a su hijo Markel, un vitoriano que ya tiene dos años y medio, y que es la alegría de la casa del barrio 9 de Julio. Después regresará a Europa para cumplir otro año de contrato con un Benetton que ya designó nuevo entrenador: Mike D'Antoni (fue técnico en el último título y viene de ser asistente en Portland Trail Blazers).
De todos modos, quizás en este lapso los dirigentes de la Confederación Argentina de Básquetbol le comuniquen el levantamiento de la suspensión y se pueda dar su regreso a la selección, aunque admite que no quiere pensar en ello. Nicola, afianzado en uno de los mejores equipos de Europa, que fue cuarto en Italia porque cayó frente a un equipo casi imbatible como Kinder Bologna, señaló: "Me enteré que ganaron la Liga, otra vez 3 a 0. No perdieron ningún partido en play off, ganaron la Copa y la Euroliga también. Contaron con los mejores jugadores y con un gran carácter".
-¿Benetton dio todo o pudo aspirar a más?
-Llegamos en un momento en que no estábamos bien. Teníamos algunas lesiones y perdimos 3 a 0. Lo que pasa es que en los dos primeros partidos de la serie tuvimos posibilidades de ganar, de hecho en el segundo que fue en casa nuestra ganábamos hasta faltando tres minutos. Pero se nos terminó la nafta, no supimos ganar, y ellos hicieron valer toda su mentalidad ganadora.
-¿En la Euroliga terminaron conformes?
-No, lo que pasa es que perdimos 2 a 1 con AEK de Atenas y en el primero de la serie caíamos en la prórroga cuando ganábamos por 9 puntos a dos minutos del final. Nos hicieron tres triples, empatamos y fuimos al suplementario. Fue un desastre, porque hubiéramos podido enfrentar en semifinales a Tau Cerámica, mi anterior equipo, y teniendo ventaja de campo.
-¿En Benetton sienten la presión de que hay que ganar algo todos los años?
-No, es un equipo que aspira a llegar arriba en todas las competiciones, pero no hay presiones de ganar. Hay otros equipos que invierten más dinero y teóricamente son más fuertes que nosotros. Después las cosas van mejor o peor, como en los dos años anteriores donde llegamos a la final cuando nadie lo esperaba.
-¿Cuál es tu opinión sobre Emanuel Ginóbili?
-Lo mejor que tuvo es cambiar de un equipo donde era superestrella, con poca presión (Reggio Calabria), a un equipo que tiene la presión por ser de los mejores de Europa. Maduró rápido, asumió la responsabilidad y se metió junto a jugadores que son igualmente estrellas como él. Ese fue un gran mérito suyo y del entrenador.
-¿Cómo viste a los demás argentinos en Europa?
-Oberto y Scola jugaron muy bien en Tau. Montecchia, Delfino y Palladino (Reggio Calabria) también, y hubo otros chicos que se destacaron.
-¿Cuáles son tus aspiraciones para lo que viene?
-Tratar de estar la mayor parte del tiempo posible en el máximo nivel. Me queda todavía un año de contrato en Benetton, jugaremos la Euroliga nuevamente y trataremos de ser parte importante del equipo otra vez, como en estos tres años.
-¿Es un deseo personal volver a estar en la selección?
-No, yo estoy suspendido y no quiero pensar en nada hasta que haya una determinación. Si me levantan la sanción, pensaré. En su momento tomé una decisión, sabiendo los riesgos y que pasara lo que pasara. Si me habilitan y me llaman, veré lo que ocurre.
-Y con el técnico Rubén Magnano ¿qué hablaste?
-El fue a ver a todos los chicos en Europa. Nos encontramos, tuvimos una conversación y no pasó nada raro. Había que esperar si me levantaban la sanción y en ese caso hablaríamos sobre las fechas para ponernos de acuerdo.
-¿Tu último paso por la selección te dejó un buen recuerdo?
-Sí, muy bueno. El Mundial de Grecia fue quizá mejor en lo personal que como equipo, ya que jugué en un buen nivel. A nosotros nos faltó ganar un par de partidos clave, como uno ante España que se nos escapó sobre el final.
-Si volvés y Argentina se clasifica para Indianápolis, será tu tercer Mundial. No es poca cosa.
-No me lo planteo todavía. Hace poco un compañero decía que cuando empezás a batir récords es porque te estás poniendo viejo (sonriendo). Me gustaría jugarlo, porque es en Estados Unidos y seguramente estará bien organizado. Además, ahora se nota que hay muchos jugadores argentinos en el exterior, somos diez o doce que estamos jugando en el mejor nivel y eso se tiene que notar.
-¿Tenés ganas de seguir muchos años más?
-Sí, me siento bien. Para eso hay que tener suerte, no sufrir lesiones, seguir divirtiéndome en el campo. Cuando esto se empieza a transformar en una obligación, es más complicado.
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La Ciudad
