Los policías santafesinos ya tienen una entidad que aspira a representarlos gremialmente. Desde hace una semana, los uniformados que impulsaron la iniciativa sindical conformaron la comisión directiva de lo que dieron en llamar Asociación Profesional Policial Santa Fe (Apropol). Sabedores de la oposición que el hecho generó en el gobierno provincial, en el estatuto fundacional de la entidad los impulsores de la formación del sindicato se limitan el derecho a declarar y ejercer la huelga y a peticionar la negociación de convenios colectivos de trabajo "convencidos de que el respeto irrestricto de la ley es nuestra consigna".
El oficial auxiliar Alberto Martínez, jefe del destacamento de la terminal de ómnibus, es uno de los policías que inició el camino que desembocó en la formación de la incipiente entidad gremial. Desde una página web, donde se reflejan la opiniones de algunos integrantes de la fuerza de seguridad sobre distintos tópicos vinculados con la seguridad pública, fue recogiendo el apoyo de sus camaradas para implementar la iniciativa.
"Surgió por un estado de necesidad (la Apropol) porque creemos conveniente comenzar a trabajar por una serie de cuestiones vinculadas con el tema laboral y profesional y porque los empleados policiales tenemos que mejorar nuestras condiciones de trabajo", explicó Martínez en una visita a La Capital.
Una de las primeras tareas que deberá encarar la flamante comisión directiva elegida el pasado 13 de junio, será la afiliación de uniformados a la entidad, aunque ya cuenta con 100 adherentes. Pero también la tramitación de la personería gremial, tarea que aparece en forma preliminar como difícil de obtener al conocerse la oposición del gobierno santafesino, aunque Martínez reconoció que "oficialmente no hubo ninguna comunicación" al respecto.
Sin embargo, Martínez sostuvo que "nuestra pretensión es legitima y legal, porque la Constitución nacional y provincial como los tratados internacionales y la legislación nacional nos otorgan el derecho de agremiarnos como trabajadores".
A la hora de levantar los reclamos que llevará adelante la entidad aparece en primer lugar la necesidad de regular "la jornada de trabajo", aunque esto está vinculado, según Martínez, con mejorar la calidad de la seguridad pública. Para fundamentarlo, sostiene que "un policía no puede trabajar las 24 horas del día. Hay que buscar un punto óptimo entre la cantidad de horas de trabajo y el tiempo que debemos dedicar a nuestra familia y al esparcimiento".
Otras demandas
Convencidos de que esta iniciativa corporativa está creciendo en todo el país, Martínez cita policías de otras provincias donde se han conformado entidades sindicales similares. "Los colegas de Río Negro, de la provincia de Buenos Aires y de la Policía Federal ya solicitaron la personería gremial ante el Ministerio de Trabajo. Además, en Córdoba, Mendoza y Entre Ríos (los sindicatos) están en formación".
Pero para aventar "fantasmas" que pudieran surgir en la población, el jefe del destacamento de la terminal de ómnibus se apresura a sostener que "descartamos medidas de fuerza como una huelga o un autoacuartelamiento" para resolver conflictos. "Vamos a agotar todas las instancias administrativas y judiciales porque reivindicamos la disciplina interna y la cadena de mandos. Si no lo hiciéramos nos convertiríamos en una banda armada", dice.
Por otra parte, el sargento Luis Contreras, que integra la comisión directiva de Apropol, brinda un dato que explica con elocuencia la sobrecarga horaria que "deben padecer" los policías. "Tenemos la misma cantidad de policías en el departamento Rosario que hace cincuenta años", dice. A su lado, el oficial auxiliar Eduardo López, que revista en la comisaría 8ª, coincide con Contreras al sostener que "debemos bregar por el mejoramiento del estándar de vida de los policías. El uniformado, para brindar un mejor servicio, debe estar preparado y la sobrecarga horaria hace que el policía no pueda abocarse a otra tarea".
Pero entre las demandas de los impulsores de la entidad gremial también aparece otro reclamo concreto: la ley del personal policial no contempla las enfermedades profesionales como el estrés. "El síndrome de desorden postraumático que se manifiesta cuando un efectivo presenció un episodio violento puede llevar a que un policía se quite la vida si no es tratado". Y argumenta esta afirmación con un dato: "En Rosario mueren más policías por suicidios que en enfrentamientos".
La Ciudad
