Los sueños de un mundo perfecto se hacen realidad en Mackinac Island, ubicada en el lago Michigan, Estados Unidos. Los vehículos no están permitidos para proteger el entorno natural, por lo que los únicos transportes son los carros tirados por caballos, las bicicletas o los propios pies. La ausencia de contaminación hace que se respire aire puro que limpia los pulmones, tan agobiados por el "smog" de las grandes ciudades. Sus prolijos y floridos parques; la vista del lago desde todos los ángulos; las construcciones de estilo americano y un estado general de alegría convierten a "la isla de las fantasía" en un lugar donde algunos enamorados sellan su amor a través del matrimonio.
Habitan la isla tan sólo 500 habitantes. Durante el verano, la visitan en su mayoría turistas norteamericanos, en especial de Chicago y Detroit, las ciudades más cercanas. Es un sitio ideal para las vacaciones en familia, por la tranquilidad que ofrece la isla. La práctica de golf, los paseos en bicicleta, la pesca y las compras en el pequeño centro comercial son algunas de las actividades que ofrece Mackinac.
Cuando se llega a la isla a través de un ferry o avión se tiene la sensación de estar en medio de un dibujo animado, donde abundan las risas, los atardeceres anaranjados, las flores en tonos violáceos y amarillos y el respeto por el prójimo.
Este sitio carga con una historia interesante para descubrir. Cuenta con un fuerte que se utilizó como refugio de soldados británicos durante la revolución americana en 1779. Acondicionado para el turismo, ofrece una teatralización con personajes que combaten en defensa de sus tierras.
Juego de luces
Durante el verano, las puestas de sol son imperdibles. El puerto es el lugar de reunión para ver cómo Febo anuncia su despedida en el lago con pinceladas en tonos anaranjados, rojizos y amarillentos. Cuando el espectáculo natural termina los espectadores suelen aplaudir.
La belleza de la isla hace que muchas norteamericanas la elijan para su casamiento. En el Grand Hotel, con vista al lago y rodeado por impecables jardines verdes, tiene lugar la fiesta. Personal especializado se encarga de que todo sea perfecto, se ocupa de la decoración, gastronomía, música y fuegos artificiales para iluminar la noche.
Un buen ejercicio resulta el paseo en bicicleta por el sendero que rodea la isla. Durante el trayecto se pueden ver interesantes formaciones rocosas que contrastan con el azul del lago. Otras opciones son la práctica del golf y las cabalgatas por los bosques.
La especialidad gastronómica de la zona son los "fudges", trozos de chocolate blanco, negro, o menta con nueces y almendras, de sabor cremoso y muy dulce.
Mackinac Island es uno de los pocos rincones del planeta que recuerdan al hombre que un mundo perfecto, donde respirar aire puro y compartir gratos momentos con amigos en un lugar paradisíaco, todavía es posible.
Ana Benítez
La Ciudad
