Año CXXXIV
 Nº 49.157
Rosario,
domingo  24 de
junio de 2001
Min 6º
Máx 12º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





La cola del león y la cabeza del ratón
La Danza del Ratón, una revista que se convierte en sello editor
La publicación de poesías inaugura su etapa como editorial con libros de Javier Cófreces, Eduardo Mileo y Alberto Muñoz

Mercedes Gómez de la Cruz

A lo largo de veinte años, la revista de poesía La Danza del Ratón se ha convertido en uno de los puntos de convergencia más importantes para los poetas contemporáneos de todo el país. Desde la aparición de su primer número, en 1981, sus páginas han sido el medio a través del cual muchos poetas dieron a conocer sus producciones. Además, en ellas se ha rescatado del olvido la obra de escritores como Jorge Leónidas Escudero, Tilo Wenner, Juan Antonio Vasco, por citar sólo algunos, quienes en ocasiones fueron ignorados en forma sistemática por los que escriben la historia de la literatura argentina.
En un reportaje concedido a este suplemento a fines del año 2000, Javier Cófreces -director de La Danza del Ratón junto a Jonio González- anunciaba la próxima aparición de Ediciones en Danza, sello editorial de poesía vinculado a dicha revista. Según lo adelantara en esa ocasión, el nuevo proyecto editorial surge como un medio alternativo a la publicación de la revista con el fin de difundir las obras de poetas actuales.
Por el momento, mientras se prepara la publicación del número 19 de la revista, Ediciones en Danza hace su aparición en escena con un ballet integrado por Alberto Muñoz (1951), con su libro "Camiones", Eduardo Mileo (1953), con su "Poema del amor triste" y Javier Cófreces (1957), con el poemario "El ojo de agua". Este nuevo emprendimiento continuará luego de la edición del número veinte de La Danza... con el cual la revista cerrará su ciclo para dar paso a esta nueva etapa. Aunque no adelantó los títulos ni los nombres de los autores que serán difundidos por dicha editorial en un futuro próximo, se tratará de "antologías y libros inéditos de poetas maltratados o ninguneados" y que son fundamentales, según lo señalara el mismo Cófreces. En lo que respecta a los títulos publicados recientemente debe destacarse la excelente calidad gráfica de los ejemplares cuyo diseño estuvo a cargo del rosarino Sergio Kern, escritor de literatura infantil y dibujante.
Los poetas elegidos para inaugurar la iniciativa tienen en común gran parte de su trayectoria y de su obra, ya que en reiteradas oportunidades realizaron publicaciones y actividades en conjunto, como el hecho de haber integrado el grupo poético La Epopeya. En virtud de ello podría decirse que este proyecto colectivo tiene su punto de partida en el reconocimiento de sus trabajos individuales, y que a la manera de los grupos de rock, sus miembros editan sus trabajos como solistas. Establecer tal comparación no es desacertada si se tiene en cuenta que al menos uno de los poetas presentados, Alberto Muñoz, es músico, además de dramaturgo y guionista. Entre sus libros publicados se encuentran: "Misa Negra" (con Eduardo Mileo, 1992), "También los jabalíes enloquecen" (1998), "El deseo del pavo real" (edición bilingüe italiano-castellano, 2000).
Los poemas de "Camiones" se agrupan en cinco partes temáticas: "Delicia de los textos religiosos", "La vida en familia", "Historia argentina", "Autobiografías", "Pequeños trabajos de lógica formal". El nombre del libro es también el de uno de los textos de la segunda parte, dedicado a Manuel Federico Muñoz. Allí, el amor de la mirada paternal establece una bella metáfora de los juegos de infancia con los trabajos de la vida adulta, como cuando dice: "Has puesto una línea sucesiva de camiones; no tienen/ otra ruta que tu mínima mano blanca/ entrándolos al mundo./ ..." // "Oh, hijo mío, ahí estás jugando con tu pala mecánica...". Al mismo tiempo el título aporta al conjunto una unidad que tiene su raíz en el significado más cotidiano del término "camiones": vehículos enormes que viajan por la ruta, conducidos por un hombre que trabaja mucho, y que cargan, llevan, cosas diversas. La impresión que deja cada uno de sus textos es la de ver pasar una suma de cosas no identificables, pero que pueden ser capitalizadas, pero que son capitalizadas en estos poemas, y que hacen del conjunto un bien adquirido emparentado con lo que alimenta.
Por su parte, Eduardo Mileo publicó entre otros libros "Dos épicas" (con Alberto Muñoz, 1987), "Puerto depuesto" (1987) y el casete "Mujeres" (Circe/Ultimo Reino, 1989) donde recita poemas del libro del mismo nombre y del inédito "Cuidado con el perro". Junto al compositor Raúl Mileo presentó los espectáculos "Irala, sueño de amor y de conquista" y "A boca de jarro". Además, es miembro del Consejo Editorial de la revista La Danza del Ratón.
El libro "Poema del amor triste" está compuesto por un único poema de amor, triste, o un triste poema de amor. A lo largo de sus setenta páginas, la voz poética del texto es la de un hombre que se despide de una mujer a la que ama profundamente. Aunque en algunos pasajes los motivos de dicha despedida están sugeridos -"Adiós, amada./ La mentira,/ ¿es uno de los rostros de la dicha?"-, permanecen ocultos para el lector. Por otra parte, la identidad de la "amada", que es anónima, parece cambiar de forma, como si la voz del poema no estuviese dirigida a una mujer, como si se tratara en cambio de un adiós dirigido al mundo, como cuando dice: "No te diluyas entre tus fantasmas./ Piensa en la sombra./ Todo lo que habrá que iluminar", al mismo tiempo que se despide de la vida: "Adiós, amada./ Estoy fuera de mí/ contigo dentro". De este modo, la continua transfiguración de la destinataria enriquece el poema haciendo que no se agote en el quejido doliente del amor perdido.
El tercero de los libros de la colección es "El ojo de agua", de Javier Cófreces, quien fue uno de los creadores del grupo Onofrio de Poesía Descarnada, en compañía del mismo González y Miguel Gaya. Además, editó el casete de poesía "Historias de la gran boa" (Circe/Ultimo Reino, 1989) y preparó las antologías "Siete surrealistas argentinos" (Leviatán, 1999) y "Poesía Buenos Aires x 10" (Leviatán, 2001). Por otra parte, publicó los libros de poemas "Amianto" (Tierra Firme, 1991) y "Mar de fondo" (Tierra Firme, 1994), entre otros títulos.
Su poemario más reciente, "El ojo de agua", se divide en tres partes. La primera de ellas, "Poemas del río", está integrada por tres conjuntos de poemas, cada uno de los cuales aluden a los ríos Paraná, de la Plata y Tigre. Estos pequeños subgrupos no sólo tienen una temática común, sino que su escritura se afirma en la sensibilidad de lo que esos ríos provocan en quien los frecuenta, como cuando dice: "Tierra de costas/ perdidas/ En suspiros de miedo/ sigo tu estela". ("Poemas del río Paraná", III). Mientras que en la segunda parte, titulada "El punto de vista", el trabajo poético de Javier Cófreces se apoya en el uso reiterado de la tercera persona, ya que se trata de breves descripciones de lo que se observa a partir de algún punto vista impreciso, o a través de una mirada que carece de firmeza, como una mirada estrábica: "Se perdió/ Eso es no ver también/ pero ver a la vez/ La gracia de no ver/ lo demás/ por un momento" ("La vista"). En tanto que la tercera parte, "25 poemas (1997-2000)", es una recopilación de los textos escritos por Cófreces después de su libro "Ropa íntima", aparecido en 1997. Sin embargo, este último grupo guarda relación con los dos anteriores a través de algunos elementos en común, como la aparición de la temática del agua, que lo enlaza con el primero ("Ha llovido por años/ hoy/ Cascadas pluviales/ atormentan la especie/ Milímetros hídricos desnudan/ el temor a Dios/ y la humedad/ de su tormento", en "Diluvio") y el trabajo sobre el punto de vista, que comparte con el segundo ("Princesa que sube/ sobre la cresta del merengue/ Copa de nube blanca/ Chantillí/ Clara de nieve dulce/ Paso etéreo de copa melba", en "Azúcar en la sangre"). Elementos que resumen el ambiguo concepto enunciado ya por el nombre del libro: El ojo de agua.
Por otra parte, es evidente, y habitual en los emprendimientos editoriales independientes de los grandes circuitos de la industria, que quienes publican son quienes fundan e impulsan el proyecto. En este caso lo notable es que se trata de tres poetas con intensas trayectorias y con un fuerte protagonismo en medios masivos de comunicación, lo cual les allanaría el camino a la hora de intentar publicar sus obras en editoriales de gran distribución. Pero ellos decidieron apostar a un nuevo camino y abrir paso a los que vienen... Será que, como dijo José Marrone, "mejor que ser cola de león es ser cabeza de ratón".



"Camiones", de Muñoz, es uno de los tres textos editados.
Ampliar Foto
Diario La Capital todos los derechos reservados