Miguel Pisano
Un grupo de dirigentes y socios de Argentino, encabezados por el vicepresidente Claudio Carelli, quiere refundar el club a partir de una propuesta de cambio de fondo: vender el estadio José Martín Olaeta y construir otro en el predio del polideportivo, que está situado a unas diez cuadras, en la avenida Sorrento al 1400, en el corazón de Parque Casas. -¿Esto es una refundación del club? -Sí. La idea por la que hacemos el llamado a toda la gente que estuvo o tiene algo que ver con la institución es que se arrime para que todos juntos desarrollemos un proyecto de un nuevo club. Argentino tiene un problema de caja porque esta comisión directiva no ha creado prácticamente pasivo, sino que viene con un arrastre, con una deuda a la obra social de Técnicos, a la de Futbolistas Agremiados, a la Afip, a la Municipalidad, a la provincia. -¿Cuál es la deuda de Argentino? -El pasivo hay que dividirlo en dos: hasta que se terminó el vínculo con Newell's y el arrastre que quedó de los cinco meses en los que no se les pagó a los jugadores de Argentino, más primas y aguinaldos. -¿Cuándo terminó el vínculo con Newell's? -El vínculo con Newell's terminó días antes de que empiece el último campeonato de Primera B Metropolitana y nos trajo el grave problema de la inhibición que nos dejó Agremiados en AFA, que no nos permitió contratar ningún refuerzo. Y tuvimos que jugar solamente con jugadores del club más algunos jugadores de clubes amigos, que nos los cedieron por la temporada. -Jugaron en Primera B con un equipo de la Rosarina. -El mayor problema fue que se produjo de un día para otro, a pocos días de empezar el torneo. Cuatro o cinco jugadores de Newell's metieron juicios por los que nos inhibieron, y tuvimos que jugar el torneo con los pibes del club. Jugamos con la local más cuatro de Central, uno de Tiro Federal, uno de Pablo VI y otro de Oriental. Fue un golpe duro y creíamos que deportivamente nos iba a ir mejor, pero está demostrado que es distinto jugar en la Primera B que hacerlo en la Rosarina. -¿En qué consiste el proyecto? -Nosotros tenemos la sede en el estadio, en una zona donde el club ha tocado el techo de su crecimiento porque está en un barrio residencial donde la gente concurre a otros clubes y porque quedó encerrado entre el río, el Jumbo y un barrio hasta el bulevar. Y también tenemos el polideportivo en la avenida Sorrento al 1400, en un barrio donde la gente está muy necesitada de tener un club, tanto desde el punto de vista deportivo como del social. Entonces vamos a tratar de vender el estadio, no para decrecer sino para tratar de crecer en lo económico y en lo institucional, para tratar de invertir esta situación de que la gente no va a la cancha. Pasar de los 14.000 metros cuadrados del Olaeta a los 60.000 que tenemos en Sorrento, donde vamos a hacer un club popular y de fútbol. -¿Si venden el estadio pagarían la deuda y harían otro? -El problema es que desde el año 80 las distintas comisiones directivas -en las que me incluyo- no vimos que el país ha cambiado. Ya no existe el Estado que te asistía, al contrario, ahora te ahoga y te presiona con los impuestos. Todos se han gremializado y hay que pagar un montón de gastos, y un club no genera los recursos necesarios para afrontarlos. La idea es que algún día Argentino se autoabastezca tanto desde el punto de vista económico como deportivo porque en su momento estuvo ligado a Cesarini, a Cablevisión Sur -en una etapa brillante en la que nos cumplieron con todo y llegamos a la final con Tigre- y el proceso de Newell's, que no fue malo sino que terminó con esta ruptura abrupta y con esta deuda. -¿La idea es jugar con un equipo amateur? -Mi opinión es que la B de AFA no puede ser profesional. Esta B es la C de antes, cuando había Primera A, Primera B y Primera C. Los presidentes de los clubes se desviven por sacar a su equipo campeón y no ven la realidad. No se pueden pagar sueldos profesionales en esta divisional porque por historia esta divisional fue amateur. -Más con los cambios que ha habido en el país y en el mundo. -Más con las cargas que te contaba. La gente estaba mejor económicamente, los empresarios te asistían, había gente que se arrimaba. Nos quedamos en los 80 cuando con la rifa, el aporte de los socios y con las comidas nosotros viajábamos y jugábamos porque estábamos en Primera C y éramos amateurs. Pero si Argentino no baraja y da de nuevo se nos va a complicar este problema de caja y socialmente no vamos a crecer nunca porque en ese lugar ya tocamos el techo, donde Olaeta fundó el actual estadio en el 44. Y queremos ir al Polideportivo porque los fines de semana va más gente a ver las inferiores y el baby que a la cancha de Argentino. La comunidad del barrio Parque Casas nos está pidiendo que vayamos porque necesita un club, a diferencia de la comunidad del barrio actual que no lo necesita porque se abastece de otros clubes. -¿Cómo te imaginás el nuevo Argentino? -Al nuevo Argentino lo imagino con un estadio en Sorrento al 1400, con comodidades para los espectadores, un gimnasio en un tinglado para actividades múltiples, un convenio con la Municipalidad y la provincia para el uso del predio con una guardería infantil y un dispensario. Un club con una función social. Y el que está en esto sabe que un club de fútbol sin gente no existe. Allá no tenemos techo. Queremos ser el tercer club real de la ciudad, con una hinchada del barrio. -¿Y cómo pueden plasmarlo? -Primero nos tenemos que convencer toda la gente de Argentino de que donde estamos no cumplimos ninguna función. Numéricamente tocamos techo porque es la misma cantidad de gente o viene decreciendo. Estamos tratando de armar un pequeño grupo de amigos con la idea de unificar el club y de vender los terrenos. El esponsor pasaría por lo deportivo y en el último año el club se manejó solo, pero con la ayuda de algunos amigos como Carlos Dávola, Raúl Moretti, Miguel Luratti, Mario Giammaría, pero uno no puede vivir siempre de la ayuda de los amigos. Este club alguna vez tiene que caminar solo.
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