Ricardo Luque
El cine de animación británico, una tradición de la industria de la isla, dio el gran salto con "Pollitos en fuga", la película de la productora Aarman que, con una historia inspirada en el clásico de John Sturges "El gran escape", cautivó a Hollywood. La acción transcurre en una granja donde un grupo de gallinas es hostigado, bajo amenaza de muerte, para que aumenten su producción de huevos. La presión es tan grande que surge una natural resistencia a la autoridad, encabezada por Ginger, una ponedora sensible y de espíritu indomable. El conflicto estalla cuando llega al lugar un gallo, Rocky, que le promete a las gallinas enseñarles a volar y que se convierte en la vedete del gallinero. En la versión original su voz es doblada por Mel Gibson, un experto en encarnar héroes en películas de acción. El romance entre Giner y Rocky es inevitable, tanto como la fricción entre el sueño de libertad de las gallinas y el empecinamiento de los granjeros por aumentar la producción y, por consiguiente, aliviar las penurias que padecen debido a los avances tecnológicos a los que apelan sus competidores. Más allá de las bravuconadas de Rocky, la verdadera heroína de la historia es Ginger que, pese a la adversidad, nunca baja los brazos en su lucha por conseguir que sus compañeras superen la difícil situación que atraviesan. El personaje, pese a su figura regordeta, desborda de simpatía y ternura. Si bien la trama de "Pollitos en fuga" es atractiva, sobre todo para los niños, la película tiene una segunda lectura que resulta interesante para todo público, sobre todo para los amantes del cine. Peter Lord y Nick Park, además de mostrar ser hábiles artesanos, demuestran tener gran sensibilidad a la hora de rendir homenaje a los mayores y, por eso, su película cuenta con numerosas citas a los clásicos de Hollywood. Entre las películas que evoca se cuentan "La lista de Schlinder", "La sociedad de los poetas muertos", "Fiebre de sábado por la noche", "Corazón valiente" y "Forrest Gump", todas, gracias a el impacto que tuvieron en la taquilla y los premios que obtuvieron, muy conocidas por el gran público. Sin embargo, la escena más emblemática que se recrea aparece ni bien comienza el filme y muestra a Ginger recluida en una "celda de castigo" debido a un intento frustrado de fuga. Sola, en la oscuridad, saca de entre sus plumas una pelota de beisbol que hace rebotar contra una pared para matar el tiempo. Igual que lo hacía Steve McQueen en "El gran golpe". Un hallazgo.
| El filme es un tributo a lo mejor del cine de acción. | | Ampliar Foto | | |
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