Año CXXXIV
 Nº 49.157
Rosario,
domingo  24 de
junio de 2001
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Cinco estrenos de cine en la mira de Escenario

"Las estafadoras", "El pequeño ladrón", "Innocence", "Sólo por hoy" y "Dulce noviembre", los cinco estrenos de esta semana en los cines de Rosario en la mira de Escenario.

"Las estafadoras"
En las comedias, como otros géneros de la ficción cinematográfica, hay que aceptar que sucedan algunas cosas increíbles como para poder disfrutar de las historias. Y la que protagoniza con eficacia Sigourney Weaver exige bastantes concesiones. Hay que creer que algunos hechos son posibles para poder reírse de los demás.
"Las estafadoras" son una madre y su hija que defraudan a sus esposos luego de la boda y exigen divorcios sumarísimos mediante ardides que les reditúan jugosas indemnizaciones. Superando lo descalificable de tales acciones, el dúo establece cierta complicidad con el público y ofrece un divertimento con altibajos a lo largo de dos horas de película.
Con buenas actuaciones de Sigourney Weaver, de Gene Hackman, en el papel del incauto mayor que cae en las garras de las peligrosas mujeres, y de Jenniffer Love Hewitt, una atractiva jovencita que aprendió todos los trucos del timo aleccionada por su madre, el filme transcurre en lujosos escenarios de hoteles cinco estrellas. Uno de los mejores ingredientes es la muy buena banda sonora, responsabilidad de John Debney quien, además de componer temas originales, incluyó melodías reconocidas de la bossa nova, el reggae y el rock.
"Las estafadoras" probablemente no gane ningún premio pero sirve para pasar dos horas de distensión sin mayores pretensiones.
Cal: 3 estrellas \M.M.

"El pequeño ladrón"
Erick Zonca narró su segundo filme como una composición compleja desde el punto de vista simbólico. El director, cuyo primer largometraje fue "La vida secreta de los angeles" -una reflexión menos oscura sobre la marginalidad y las diferencias sociales-, ofrece en "El pequeño ladrón" referencias temporales y espaciales que irán adelantando el futuro del protagonista. El relato tiene como protagonista formal y excluyente a la imagen y deja en segundo plano a los diálogos que cumplen la función de ser sólo un complemento de esta película donde retoma de forma menos convencional el tema que abordó anteriormente.
"El pequeño ladrón" narra la historia de un adolescente que trabaja en una panadería de la ciudad de Orleans. Después de discutir con el dueño del lugar se queda sin trabajo. Allí comete su primer asalto, cuando le roba el sobre con el sueldo a una amiga circunstancial. De Orleans se traslada a Marsella con la deliberada intención de liderar una banda de delincuentes, con lo cual espera mejorar su situación económica.
En su recorrido delictivo, S., tal el nombre del protagonista, intentará también buscar una identidad y tomar revancha por su situación. La práctica del boxeo será el vehículo con el cual manifestará su impotencia para revertir lo que entiende como un destino fatal .
La mayor parte del filme fue rodado con cámara en mano lo que imprime una atmósfera documental. Esta característica, sumada al rigor de la puesta y la agilidad del montaje, hacen de "El pequeño ladrón" un relato íntimo e impactante de la marginalidad, donde, no obstante, la redención también tiene su lugar.
Cal: 3 estrellas \R.B.

"Innocence"
"Innocence" es una de esas películas sobre el amor en la tercera edad. Una historia tierna y que pone el acento en el hecho de hacer balances sobre lo vivido, sobre todo cuando se está más cerca del arpa que de la guitarra.
El caso de Claire y Andreas, que de jóvenes se amaron y que después cada uno tomó un camino distinto -se casaron con otras personas y tuvieron hijos-, es el del amor recobrado en Melbourne medio siglo más tarde, a pesar del tiempo transcurrido, que es mucho y que dejó sus profundas huellas.
Esta película australiana de Paul Cox rápidamente se convierte en un extraño triángulo amoroso (de la tercera edad), ya que Andreas es viudo pero Claire aún está casada y su marido no comprende su nueva relación.
Cox eligió repetir una y otra vez en flashbacks los tiempos de la posguerra cuando Claire y Andreas fueron amantes en Bélgica. Este contrapunto entre el pasado y el presente, sin embargo, le juega en contra a la narración porque es usado hasta el cansancio. El resto de la historia es enternecedor, con diálogos a veces sabios y otras bastante pomposos, y provisto de los fuegos de la pasión a los 70 años (confeccionada a la medida de Carlos Menem en su retiro espiritual en Don Torcuato). Además, una cuota de buen humor acompaña a este filme protagonizado por tres ancianos que se visten de adolescentes vitales y apasionados.
Cal: 3 estrellas \J.L.C.

"Sólo por hoy"
"Sólo por hoy" se inscribe fácilmente en el llamado nuevo cine argentino, ese esfuerzo por zafar con talento y pocos recursos de los patrones que rigieron en el pasado. En su primer largometraje, Ariel Rotter se concentra en un grupo de veinteañeros, que tiene a su favor no ser ni extraño ni arquetípico. Estos chicos con más ilusiones que ideas viven al día amontonados en una pensión de un Buenos Aires cada vez más cosmopolita.
Ninguno trabaja de lo que le gusta, sólo hacen lo que pueden para sobrevivir. Hay un actor nato que limpia hoteles, un cocinero que sueña con ser chef en París, una chica que es artista plástica pero trabaja en una cadetería, y un chico que deambula por las calles pretendiendo hacer un documental. En "Sólo por hoy" no hay fracasados ni perdedores, simplemente gente que siempre está por conseguir algo que no alcanza.
Por momentos la película peca de monótona y recargada de mensaje. Sus historias son también un tanto previsibles, aunque es en esa previsibilidad donde se encuentra el nudo del filme: la imposibilidad de no ser, no estar, no pertenecer, no encontrar respuestas. El encuentro amoroso entre dos de los protagonistas le aporta un poco de tensión al relato, justamente porque el amor aparece como algo extraordinario en esas vidas rutinarias.
En sólo una semana, Rotter logra que sus personajes muestren sus deseos truncos, su infinita soledad, sus enfrentamientos con una generación desencantada (la de los 30 y pico), las paradojas de las ambiciones sin ningún sustento real, y un sistema económico y social que los explota y los maltrata sin ningún derecho a réplica. Y lo mejor es que lo hace con una naturalidad inusitada y descarnadamente real para este tipo de temática, en la cual tanto la TV como el cine siempre trataron de retratar a cierta generación X de manual posmoderno, artificial e impostada.
Los actores tienen la gran responsabilidad de llevar la película sobre sus hombros casi todo el tiempo, y salen bien parados de la prueba. A Ailí Chen le basta con la mirada, Damián Dreizik sobresale por su histrionismo, Federico Esquerro se luce con el personaje más complejo y Mariano Martínez es un creíble galán herido.
La banda de sonido de Gustavo Cerati, en el registro electrónico y ambiental que se esperaba, refuerza los encantadores minutos de videoclip en tiempo real que tiene la película.
Cal: 3 estrellas \C.T.

"Dulce noviembre"
Para Hollywood la locura siempre debe tener una explicación. Eso hace que "Dulce noviembre" no pueda salir a flote y pierda de golpe el encanto que, dificultosamente, había conseguido en base a una buena actuación de Charlize Theron en el papel de Sara, una joven seductora que vive la bohemia de la ciudad de San Francisco en Estados Unidos.
Sara se presenta como una loca linda, de costumbres liberadas. Sus salidas frente a la gente, sobre todo a los pedantes, son extravagantes, incomprensibles y terminan resultando encantadoras. Así se encuentra con Nelson, el personaje a cargo de Keanu Reeves. Nelson es un joven insoportable. Está creído de que el mundo espera sus órdenes y piensa que su tiempo y sus asuntos valen más que los de cualquier otro.
En ese momento de su vida se cruza con Sara, quien lo ve como un buen tipo pero totalmente equivocado y, por motivos misteriosos, se propone ayudarlo, de una manera extrema: invitándolo a vivir con ella durante un mes con la promesa de cambiarlo por completo.
Reeves demuestra que no está para los roles románticos y que los villanos y los héroes de acción le sientan mejor. Además, el guión no lo ayuda, el muchacho pasa de ser un engreído a un corderito, y no se sale de ese esquema. En cuanto al rol de Theron, le sucede algo parecido: de ser una persona que disfruta de la vida cambia a su opuesto, y el cambio es como una trampa de mal gusto para el espectador.
Cal: 2 estrellas \F.T.



"Las estafadoras": La comedia del sentimiento.
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