Año CXXXIV
 Nº 49.156
Rosario,
sábado  23 de
junio de 2001
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Panorama
Cómo impacta en el campo el nuevo plan Cavallo
La creación de un dólar exportador fue bien recibida en el sector pero hay temor por el efecto de las medidas impositivas

Las exportaciones agroalimentarias argentinas llegaron en el año 2000 a 13.500 millones de dólares. Si se aplicara el factor de convergencia publicado por el Banco Central en el primer día de funcionamiento del llamado dólar exportador, los vendedores de alimentos al exterior estarían recibiendo unos 945 millones de dólares más. Una cifra que, en proporción, se sentiría más en las exportaciones al Mercosur, que no gozaban de reintegros.
La cuenta es absolutamente teórica. En realidad, el factor de empalme, que surge de un promedio entre la cotización del dólar y el euro, es un indicador que varía diariamente. Además, una proyección ajustada de su impacto debería tomar en cuenta el ritmo de las ventas al exterior a lo largo del año junto con la variación de la cotización de ambas divisas.
El cálculo sólo contribuye a explicar por qué los empresarios vinculados a la exportación recibieron con expectativa la creación del nuevo dólar exportador. La medida impulsó incluso una suba en el mercado de granos, a principios de la semana. Un alza apoyada en poco volumen de negocios, debido a que al moderado optimismo se contrapone una sensación de cautela. Más allá del reconocimiento del atraso cambiario, el galimatías fiscal que puso en marcha el ministro Cavallo obligó a los analistas y referentes del sector a sacar cuentas para saber si realmente deben aplaudir o llorar.
Un dato mueve a la sospecha. Al anunciar su nuevo plan económico, Cavallo aseguró que el resultado final de las medidas era de 600 millones de pesos a favor del Estado. La estrecha cornisa que pretende estimular el consumo y las exportaciones, y a su vez recaudar más, pone en evidencia que alguien tiene que perder en toda esta historia.
Así, las miradas apuntan al frente fiscal. Hoy por hoy, y para los commodities en general, la introducción del factor de empalme significa un aumento de divisas por la exportación. Pero también el campo pagará unos 300 millones de pesos anuales más por la suba del 15,6% del gasoil, tendrá una mayor carga por aportes patronales y, si se cumple el último anuncio del ministro de Economía, dejará más de 150 millones más por el aumento a 12 por mil de la alícuota del impuesto a las cuentas corrientes.
Por otro lado, todas estas subas podrán ser tomadas a cuenta del pago de los impuestos a las ganancias y al valor agregado. Las idas y vueltas de las últimas horas sembraron confusión acerca de si el traslado será total o sólo en proporción al aumento. En todo caso, el mecanismo de los pagos a cuenta es una peligrosa herramienta para los que acumulan créditos fiscales de IVA o para los que no tienen ganancias por declarar, una situación muy difundida en estos tiempos en las empresas agropecuarias.
Respecto de las acreencias que tienen los contribuyentes con la Afip, que alcanzan a 5 mil millones de pesos, el gobierno prometió crear un fondo fiduciario para documentar la deuda y permitir utilizarla como garantía de créditos.
En cambio, el campo recibe una respuesta a un viejo reclamo: la eliminación de los impuestos a la ganancia mínima presunta y a los intereses, que se llevaban cerca de 300 millones anuales. No se sabe aún desde cuando rige esa medida. Tampoco está clara la instrumentación de la anunciada rebaja del peaje en un 60% para los transportistas de carga.
Lo que sí está en pleno funcionamiento es el nuevo dólar para el comercio exterior, un adicional que recibirán los exportadores por cada dólar vendido al exterior y que se financiará con el sobrecosto que, por la misma magnitud, pagarán los importadores.
Con la creación de llamado "factor de empalme", el ministro se adelantó a la entrada en vigencia de la ley de convertibilidad ampliada. Según la norma, una vez que el euro cotice al mismo valor que un dólar, el peso nacional pasará a valer lo mismo que el promedio de esas dos divisas.
El Banco Central publica todos los días el factor de convergencia, que calcula restando a un dólar el promedio de la relación entre esa divisas y el euro en el mercado de Londres. La autoridad monetaria informará todas las mañanas a la Aduana, DGI, bancos y el sistema financiero, el indicador que se aplicará a las operaciones de comercio exterior. En su debut, ese factor de convergencia se ubicó en 0,0722. Esto quiere decir que cada dólar ingresado por exportación vale en el país 1,0722 pesos. En la misma proporción se encarecen las importaciones.
Como contrapartida, se eliminan los reintegros a la exportación extra Mercosur inferiores al 8% y se reducen en 8 puntos los que que se encuentran entre la franja que va del 8 al 12%. Los más beneficiados son los que venden a los países del Mercosur, que no gozaban de reintegros y ahora tendrán el incentivo del factor de empalme (siempre y cuando el euro no se revalorice de tal manera que termine neutralizando el sistema). El año pasado, las exportaciones de agroalimentos al bloque regional sumaron aproximadamente 2.700 millones de dólares. Al cambio del martes pasado, tendrían un ingreso adicional cercano a los 189 millones.
En cuanto a las importaciones, el paquete anunciado por Cavallo incluye la rebaja de 8 puntos para el nivel máximo del arancel externo.

Expectativa
Para Sebastián Olivero, analista de Sparks América del Sur, "el mercado recibió bien una medida muy positiva para los commodities que tienen salida de exportación, sobre todo para el caso del complejo soja, orientado fundamentalmente al exterior".
Olivero explicó que la suba del martes en el mercado de granos estuvo acicateada por la creación del nuevo dólar exportador. De todos modos, las operaciones fueron escasas. En parte por las dudas que subsisten sobre la forma de liquidación del factor de empalme, pero también por la puja para capturar ese adicional.
"Teóricamente, el productor tiene que participar de esa mejora que hoy es del 7%, aunque no en todos los sectores será igual", señaló un analista local del mercado granario, quien de todos modos estimó que "en la cadena de granos, donde hay mucha competencia, esta transferencia se tendría que dar en un plazo no muy largo".

Las principales cadenas
El impacto del nuevo tipo de cambio no es igual para todos los sectores. El principal complejo exportador de la Argentina es el de la soja. La industria aceitera exporta anualmente más de 4 mil millones de dólares en subproductos. Los directivos de Ciara, la entidad que los agrupa, gastaron varias reuniones durante esta semana para pedir precisiones sobre el plan.
Dos temas preocupan, sobre todos, a este sector. Uno tiene que ver con el diferencial arancelario que estimula la exportación de soja procesada, uno de los pocos mecanismos oficiales con los que cuenta la industria para dar batalla en un mercado internacional plagado de chicanas comerciales.
Ese sistema de incentivos está basado en un arancel de 3,5% para la exportación de poroto sin moler, un reintegro del 1,4% para la venta al exterior de aceite crudo (el aceite representa aproximadamente el 40% del producto soja), un reintegro del 3,2% por las ventas de aceite refinado y otro del 10% para el aceite refinado envasado, un rubro que representa apenas el 2% del negocio.
La mayoría de los reintegros (con excepción del que beneficia a los aceites envasados, que se reduce) desaparece con el nuevo sistema. Como el factor de empalme beneficia tanto a productos elaborados como a la exportación de grano, el efecto es neutro a los efectos de la política de promoción industrial. A los aceiteros le queda la barrera del 3,5% a la venta del producto primario y, muchas delas gestiones que hicieron ante Economía apuntan a que ese arancel permanezca.
La otra preocupación de los industriales es la resolución que se tomará con respecto a las deudas que tiene la Afip con el sector por el IVA no devuelto. Son más de 500 millones de pesos y en Ciara temen que el gobierno los pague con certificados, una vez que se cree el fondo fiduciario de la Afip.

Los lácteos
Un caso distinto es el de la cadena de producción láctea. El sector exporta el 75% del excedente de producción a Brasil, un país que no sólo devaluó un 38% sino que aplicó un precio mínimo de 2.000 dólares por tonelada a la leche en polvo desde principios de año. La medida dejó a las empresas argentinas casi afuera del mercado. Las ventas al país vecino cayeron 40% en lo que va del año. En un intento por diversificar exportaciones, el gobierno había aumentado los reintegros para terceros mercados: 6,8% para el commoditie principal (la leche en polvo) y 12% para los productos de mayor valor agregado. En el primer caso se pierden, y en, el segundo se reducen a un 4%.
Como contrapartida, el factor de empalme le permite mejorar la competitividad en el Mercosur, ámbito donde no operaban los reintegros. Ricardo James, del Centro de la Industria Lechera, aclaró que "el diferencial puede mejorar la venta de productos con mayor grado de elaboración a Brasil, aunque no tanto en la leche en polvo, porque es difícil compensar los efectos de la devaluación en ese país y, sobre todo, los precios mínimos que nos impusieron".
En algunos rubros vinculados estrechamente a economías regionales, como los productores citrícolas de Tucumán, el balance entre los reintegros que le quitan y el adicional que le dan por empalme, es negativo.
Es que, como era de esperar en un paquete que le saca a algunos para darle a otros, el impacto de las medidas de Cavallo no es parejo para todos los rubros agropecuarios.
Para el presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, "es bueno que el gobierno reconozca el problema del atraso cambiario, pero las medidas anunciadas el viernes son totalmente insuficientes para las necesidades del sector".
Otros analistas advierten que el del campo es un problema de caída de precios que "sólo marginalmente se corrige con la modificación del tipo de cambio". Esta interpretación advierte que las exportaciones argentinas saltaron a 25 mil millones de dólares en la última década, a pesar de tener el peso atado a una moneda tan fuerte como el dólar. "Otro tema que nunca se toma en cuenta es el aumento de las exportaciones al Nafta", señaló.
Para el sector agropecuario, la devaluación selectiva implementada por Cavallo es la medida más audaz de los últimos años. Subsiste, de todos modos, una incómoda duda, que es la evolución de la moneda europea. Si bien hasta ahora la tendencia fue la devaluación respecto del dólar, no está escrito que así será por siempre.



Las medidas apuntan a mejorar la competitividad.
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