La Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafé) confirmó su adhesión al paro lanzado por la Confederación de Trabajadores de la Educación (Ctera) hace una semana en su plenario general, pese a que el ministro de Educación santafesino, Alejandro Rébola, reveló que se descontará el presentismo y el día no trabajado. Ayer, la titular del sindicato docente local, Stella Michalek, consideró "justas y legítimas" las razones que impulsan la huelga. La medida de fuerza, cuyo alcance será nacional, se basó en tres reclamos sectoriales: la mora en el cobro del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), contra el pacto fiscal que congela los presupuestos educativos de las provincias por cinco años y en rechazo al intento privatista en la educación del ministro de Educación de la Nación, Andrés Delich. El plan de lucha se acordó el pasado 15 en Capital Federal y contó con la adhesión de Amsafé, que convocó de inmediato a un paro para el 28 en todas las escuelas oficiales de Santa Fe. Un día después, Rébola les advirtió a los docentes que "no se podrá pagar lo que no se va a trabajar", lo que significará el descuento del presentismo y el día de clase a aquellos maestros que adhieran a la huelga. El ministro fustigó a su vez la decisión de Amsafé al indicar que "Santa Fe no puede ser un rehén de una situación de reclamo gremial de la que está exenta". Ayer, Michalek esgrimió sus razones al subrayar: "No le hacemos un paro al ministerio santafesino, sino que repudiamos una política nacional, pero dando la pelea desde la provincia". A su vez, la dirigente sindical criticó la gestión del ministro Rébola al expresar que "está más preocupado en aplicar métodos represivos contra los docentes que en elevar la calidad educativa".
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