Juan Salinas
"Las arcas de Croacia estaban vacías, por lo que no tenemos idea de cómo se pagaron las armas argentinas. Hay sólo dos posibilidades, o Estados Unidos y Alemania hicieron una vaquita, o se pagaron con el producto del tráfico de drogas", le dijo a La Capital un empresario croata-argentino vinculado al nuevo gobierno socialdemócrata de Zagreb. "Croacia investiga la corrupción del gobierno nacionalista de Franco Tudjman, y se sospecha que en la compra de armas, por más de cien millones de dólares, se haya utilizado parte del producido por la venta de alijos de cocaína que se habrían enviado previa o simultáneamente con esas armas y por el mismo canal", agregó la fuente, quien insistió en que, de aquellos cien millones, sólo 37 se pagaron contra factura. El diálogo se produjo tras una reunión en la que la colectividad croata-argentina agasajó el pasado jueves a la delegación de Zagreb que, encabezada por el canciller Tonino Picula y el ministro de Economía, Igor Cerknerlik, culminó su visita al país. En la convocatoria no había periodistas. "No sabemos si se trata de una conjura, no podemos creer que los medios nos hayan ignorado, sobre todo porque en Uruguay sí nos preguntaron por las armas", agregó el informante. En Montevideo Picula reivindicó el derecho de Croacia a comprar armas "de la manera que fuere" pese al bloqueo internacional a fin de salvaguardar su existencia. "No podíamos reparar en detalles sobre las compras; fue la única manera de sobrevivir", expresó el canciller, que se negó a hacer comentarios sobre la prisión de Carlos Menem. La delegación croata visitó el río de la Plata procedente de Washington, donde se reunió con el secretario de Estado, Colin Powell y autoridades del Pentágono. Este hecho aumenta la curiosidad por la admisión croata de la posibilidad de que las armas argentinas, "que no llegaron a un 10% del total de las que se compraron", según puntualizó la fuente, hayan sido pagadas con la venta de cocaína enviada por los mismos canales que aquellas. En abril del año pasado, cabe recordar, el fiscal Carlos Stornelli afirmó que "la mafia" que había organizado el tráfico ilegal de armas a Croacia, Bosnia y Ecuador no estaba desarticulada y seguía operando. La afirmación del fiscal se encontraba respaldada por un reciente documento del Observatorio Geopolítico de las Drogas (ODG, asociada a la ONU, con sede en París) que afirmaba que las mismas rutas que se habían utilizado en 1995 para pertrechar desde Argentina a los Balcanes se seguían utilizando ahora para traficar cocaína y que con ese producido se estaba financiando a la guerrilla albano-kosovar. Según el ODG, la policía suiza informó a principios de 2000 que tanto organismos oficiales de Belgrado como redes albanesas y kosovares participaban en ingente tráfico de drogas. Respecto a las últimas, tradicionalmente especializadas en la venta a Europa de la heroína procedente de Turquía, sostenía el informe "prueban suerte ahora con la cocaína provista por traficantes sirio-libaneses y procedente en primer término de la Argentina". La información, que debería haber causado gran conmoción en el país, pasó entonces prácticamente inadvertida.
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