La organización holandesa que atracó un polémico barco donde se practican abortos en el puerto de Dublín esta semana dijo ayer que no realizará interrupciones del embarazo a bordo. La Women Waves Foundation que tenía intención de practicar abortos a mujeres irlandesas en instalaciones del barco, dijo que lamentaba no poder ofrecer estos servicios.
"En primer lugar, nos hemos visto superados por el número de irlandesas que nos han contactado y no podemos hacer frente a la demanda. En segundo lugar, existen complicaciones de última hora con la ley holandesa", dijo su portavoz, Catherine O'Neill, a unos cien periodistas apostados en el puerto.
Al menos 80 mujeres se han puesto en contacto con la asociación para poner remedio a embarazos no deseados, añadió. El Tribunal Supremo de Irlanda ha establecido que el aborto sólo será permitido en casos extremos, aunque no ha determinado por ley la naturaleza de esos casos. Si la organización realizara abortos en el barco dentro de aguas territoriales irlandesas, violaría las leyes de Irlanda.
Se esperaba fuerte oposición por parte de grupos a favor de la vida a la llegada del Aurora, un barco pesquero reconvertido de 35 metros. Sin embargo, por el momento su visita ha despertado más interés entre los medios de comunicación internacionales que entre los ciudadanos locales.
Sólo un manifestante saltó al barco y exhibió una pancarta contra el aborto, lo que proporcionó un foco de atención a las desilusionadas cámaras de televisión.
La fundadora de la organización, Rebecca Gomperts, declaró que la visita ponía de manifiesto "la negación de los derechos humanos" a las mujeres irlandesas y pidió al gobierno irlandés que legalizara el aborto.
Gomperts también señaló que este era el primer viaje de los muchos que piensa realizar y pidió a las mujeres del mundo apoyo financiero para su campaña.
La organización había pedido permiso para realizar las prácticas, pero "un tecnicismo había derivado en problema político", dijo Gomperts, quien añadió que estaba tratando el problema con el gobierno holandés.
Irlanda ha sometido en dos ocasiones a referéndum la legislación sobre el aborto desde 1983 y las dos veces se ha rechazado. Desde 1992, las mujeres irlandesas pueden viajar al extranjero para interrumpir el embarazo y solicitar información sobre estos servicios en otro estado gracias a una votación celebrada ese año. Inglaterra en su destino habitual.
Seis mil irlandesas por año
Unas seis mil mujeres viajan a Gran Bretaña cada año para interrumpir su embarazo ya que Irlanda dispone de la ley abortiva más restrictiva de la Unión Europea.El tema del aborto divide a la sociedad irlandesa, donde hay una notable presencia de la Iglesia Católica, opuesta a esta práctica, aunque en la actualidad está perdiendo fuerza.
El primer ministro de Irlanda, Bertie Ahern, presionado por parlamentarios independientes pro vida -vitales para mantener su débil gobierno de coalición- indicó que podría convocar un referéndum antes de que finalice su mandato a mediados del año 2002.