El gobierno nacional confirmó ayer que Aerolíneas se presentará en convocatoria de acreedores en el último intento de salvar a la empresa y hacerla vendible, aunque ni el Estado argentino ni el español aportarán dinero para levantar a la compañía.
El ministro de Infraestructura, Carlos Bastos, tampoco aseguró la estabilidad de los casi siete mil trabajadores en este nuevo proceso en el que entraría la línea de bandera la semana próxima y dijo entender que en ese lapso los "convenios colectivos quedan en suspenso".
Bastos admitió que Sepi no quiere seguir operando a Aerolíneas y que la intención es lograr una "reestructuración de deuda" para que pueda seguir operando y luego venderla. No descartó el funcionario argentino que, ante la posibilidad de un fracaso en la convocatoria, "recrear una nueva empresa que dé trabajo a la mayoría" del personal que ocupa actualmente Aerolíneas.
Bastos llegó ayer temprano desde Madrid e inmediatamente se reunió en Olivos con el presidente Fernando de la Rúa para informarlo de las últimas negociaciones.
Sin la confirmación de estabilidad que haya salido de la boca de Bastos en la conferencia que dio en Casa de Gobierno, los trabajadores entraron en una situación de incertidumbre al quedarse con las palabras que Ferreras lanzó en Madrid, y que sonaron temerarias.
El funcionario español subrayó que cualquier posibilidad "remota" de salvar a Aerolíneas está en manos del gobierno argentino y que la suspensión de pagos "significa el final de la fase terminal" de la compañía.
Bastos aseguró que el gobierno de España "no está pensando en la liquidación o la quiebra" de la empresa con el fin de transferirla a una compañía privada. También preciso que ante un eventual fracaso de la convocatoria de acreedores, el gobierno argentino pidió dejar "las rutas y frecuencias como una unidad para recrear otra compañía regional que dé trabajo a la mayor cantidad" de trabajadores.
De este modo, Bastos explicó ayer los alcances de las conversaciones que mantuvo en Madrid los ministros de Relaciones Exteriores, Josep Piqué, y de Hacienda, Cristobal Montoro.
Aseguró que durante el proceso de convocatoria la Sepi intentará acordar el Plan Director con los gremios, uno de los cuales se vienen negando a firmar.
El ministro admitió haberle pedido a sus colegas españoles "que no tomen decisiones tan tajantes" con Aerolíneas por el hecho de que un solo gremio no acepta firmar el acuerdo que proponen los dueños de la empresa.
Bastos agregó que "dado que ambos gobiernos consideran que el peor escenario es la quiebra de Aerolíneas, el único camino posible es disponer la cesación de pagos y la convocatoria de acreedores para reestructurar la deuda de la compañía, principalmente con los proveedores de combustible, para que pueda reanudar los vuelos suspendidos en los últimos días".
Bastos señaló que "en este marco (el de la convocatoria) proponen seguir discutiendo con los gremios para buscar un acuerdo que permita sanear la compañía y ponerla en marcha".
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La Ciudad
