Desde su formación, quienes estudian para ingenieros agrónomos siguen el ritmo de un país que muestra las cosechas más grandes de la historia y la continua búsqueda de un campo más competitivo. Impulsados por la ansiedad y el deseo de alcanzar las metas, muchos pasan por alto datos tan reales como los que genera el agro, con 966 mil puestos de trabajo, más otros 450 mil trabajadores de la industria de la alimentación. Al mismo tiempo, desconocen que el endeudamiento del sector con el sistema bancario y los proveedores de insumos supera los 10 mil millones de dólares, así como que los impuestos distorsivos continúan siendo el peor dolor de cabezas de sus padres, los productores ó aquellos empresarios que deban asesorar en un futuro inmediato. "Competir contra los mercados subsidiados por los países desarrollados que representan 1.000 millones de dólares por día es una verdadera innovación" expresó un estudiante de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Luján. "Hay que pasar el examen", refutó un disertante desde la larga mesa del almuerzo. "No hace muchos años se decía que con una sola cosecha se solucionaban los problemas del país, hoy para cubrir el gasto público de un año se necesitan $104.722.000.000. Algo así como 29 años de cosecha de soja ó 297 millones de novillos", remarcó. Desde el punto de vista de la siembra directa, por lo menos se han alcanzado grandes resultados.
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