Un equipo muy franco

Contundente en ofensiva pero muy endeble en defensa

La baja del paraguayo José Saturnino Cardozo le supuso un problema al técnico del Cruz Azul, José Luis Trejo. Pero esa baja, a priori muy perjudicial, pareció no sentirla demasiado la Máquina Cementera. Aunque un plateísta, cuando promediaba el primer tiempo y al ver los yerros defensivos de Central, le susurró a otro al oído, como para que no lo escuchen: "Menos mal que no está el paraguayo, si no se hace un picnic".
El ingreso del movedizo Adomaitis por el paraguayo le dio mayor circulación de pelota al medio, aunque le quitó profundidad, pero le permitió llegar al arco de Tombolini por sorpresa y por afuera. Lógicamente sumado a la endeblez defensiva canalla, que también hizo su aporte en esta clasificación mexicana. De hecho el segundo tanto mexicano llegó por una combinación de esos dos factores: error de Díaz, buena definición de Adomaitis.
La máquina cementera era tan temible atacando como defendiendo. Palencia hacía de las suyas nuevamente en ataque y entre el Cata Díaz y el desconocido Matías Lequi lo sufrieron. Adomaitis y Pinheiro se desprendían por los laterales y con la inteligencia de Matute Morales ponían en apuros a los canallas. Mientras que el chileno Galdames era un león en el medio, desdoblándose en la marca.
Pero las mismas ilusiones que los cementeros construían en ataque se desvanecían con sus dudas defensivas, donde sólo Almaguer hacía pie mientras sus compañeros eran desbordados permanentemente, pese a que Central tampoco tuvo una gran noche en la ofensiva. No daban ninguna garantía y sufrieron como locos con cada uno de los centros que llegaban al arco del Conejo Pérez. Tan poco confiable como sus defensores. Aún así los cementeros se fueron al Distrito Federal sin hacer demasiado para eso con la clasificación bajo el brazo, y ahora esperan el miércoles próximo a Boca Juniors en el Azteca.