Capital Federal (enviado especial) .Ð Living Colour desató una locura de saltos y aplausos en un estadio Obras repleto después de su olvidable presentación de siete años atrás. En realidad fue como participar de la presentación de "Time's up", lejos, el mejor trabajo de Living Colour que data de 1990, con un Vernon Reid inspiradísimo en sus distorsiones y un grupo que sigue legitimando su leiv motiv de recuperar el rock para los negros.
Buenos Aires se había nublado de fútbol. A sólo 400 metros del estadio Obras, los pocos hinchas de River que habían asistido al Monumental sufrían su segundo puesto mientras una densa niebla cubría el cielo azulgrana. Ni las agencias nacionales asistieron al show. Para un domingo de final de campeonato, sólo fútbol.
Pero más allá de las prioridades del mercado y de las aves de mal agüero que presagiaban otro robo como el del 94, Living Colour convocó a una heterogénea multitud de adolescentes, treintañeros y más, que querían ver cómo estos músicos embutidos en reivindicar el rock negro le regalaban decibeles a la noche del domingo.
Fernando Kabusacki y The Planet Band fueron los primeros en ponerle música en vivo a la velada con su fusión electrónica. No encontraron mucha atención en los presentes que iban llegando en grandes oleadas. Cuando los porteños de Panza subieron al escenario, el estadio estaba colmado. Panza es a Living Colour lo que Ratones Paranoicos es a Rolling Stones (salvando las distancias, claro está) y por eso consiguieron algunos vítores del público.
Tras una larguísima espera, la superconocida introducción de "History" se llenó de luces azules para que Vernon Reid (guitarra), William Calhoun (batería), Corey Glover (voz) y Doug Wimbish (bajo y guitarra) recibieran una ovación. Esforzada en ser rigurosa con su sonido de estudio, la banda se presentó con su casi intachable y poderoso rugido de distorsiones marca Reid y ritmos sincopados, mientras la gente miraba impávida hacia el escenario, como si allí hubiera fantasmas.
El hechizo se rompió a fuerza de saltos que parecían llegar al techo de Obras cuando comenzó a sonar "Time's up". El endiablado punteo de Reid le dio paso a "Middle man", de "Vivid" su primer disco de 1988. El oficio de Glover para aguantarse la escena solo, sin la compañía visual de los estáticos Reid y Wimbish, se destacó en "Go away", un tema de "Stain" de 1993.
Los violines de "Love Rears Its Ugly Head" volvieron a muchos de los presentes en el tiempo, un flashback que no se detuvo hasta el final del show, antes de los bises. "Release The Pressure" le puso intensidad a la noche. Luego el estadio entró en un éxtasis interrumpido cuando Glover hizo el fraseo introductorio de "Solace of You" para mezclarlo finalmente con "Mind Your Own Business".
Juegos sin pudor
Dedicatorias a las mujeres de Buenos Aires, un nuevo tema instrumental, "New Jack Them" y "Some Like You" se convirtieron en el acto anticipado de un juego que anunciaba la euforia total cuando Glover y Reid se adentraron en una lucha verbal para saber si realmente "Elvis is death". "Type" bajó como del cielo para el placer extremo de la multitud. Un "wait, wait" dejó a Reid sin guitarra y al tema inconcluso, que sin ningún pudor, Living Colour tocó nuevamente desde el principio. Para el apoteótico final el grupo tenía preparada una sólida versión de "Cult of personality" que hizo vibrar a todo el mundo presente y lo dejó con las ganas.
Luego se sucedieron dos bises con homenajes a The Clash, Joey Ramone y Jimi Hendrix. En medio de los aplausos, Vernon Reid tomó el micrófono para repetir un agradecimiento. "Sabemos de las dificultades económicas que están pasando, por eso esto es doblemente especial para nosotros". Una malaria que Living Colour consiguió hacer olvidar en horas y media de recital, aunque para ello haya echado mano sólo a viejos éxitos.