Las mujeres del barrio Las Flores que convocaron a La Capital relatan sus historias en voz muy baja. Un policía, asignado por la Justicia para custodiar la vivienda donde residen familiares de dos jóvenes involucrados en los episodios, está sentado en el living y "escucha todo. Después puede contarlo en la comisaría", dicen.
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