En 1998, José Luis Figueroa quedó libre por el beneficio de la duda y por una serie de errores procesales cometidos durante la investigación, tras un juicio oral por tres violaciones. Lo acusaban de asaltar a dos parejas con un arma y luego someter a las mujeres entre el arroyo Ludueña y la avenida Circunvalación (hechos de octubre y diciembre de 1996) y de violar a una chica junto al arroyo Saladillo, en Villa Gobernador Gálvez, en enero de 1997. Un fallo de la Sala II de la Cámara Penal lo absolvió por estas razones: - Hubo variaciones en el modo de actuar y en el lugar donde cometió los tres hechos. - Una joven reconoció la voz grabada del agresor, pero el reconocimiento fue anulado porque el sonido grabado no es exacto. - Otras dos víctimas lo reconocieron en un álbum de fotos de una seccional pero las medidas fueron anuladas porque cuando el sospechoso está preso debe ser señalado en rueda de reconocimiento de personas. - Se cuestionó que una de las víctimas haya descrito los tatuajes que Figueroa tiene en un brazo pero no los que lleva en su pecho.
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