Una mujer de 73 años fue hallada asesinada durante la mañana de ayer en un departamento del microcentro de la ciudad. La muerte habría sido provocada por asfixia y el móvil, según las primeras sospechas, estaría dado por un intento de robo.
Hacía más de diez días que Rebeca Svaiger estaba sola en su departamento de Entre Ríos 458, en pleno centro de la ciudad, porque su marido se encuentra internado en el policlínico Pami I afectado por un problema cardíaco. La mujer también sufría serios inconvenientes de salud y además era sorda. Ayer a la madrugada alguien entró a la casa y probablemente la tomó por sorpresa mientras dormía.
El cuerpo sin vida de Svaiger fue hallado recostado en la cama, con las manos atadas sobre la cabeza, con una mordaza en la boca, con marcas de fuertes golpes en todo el rostro y también de heridas cortantes. En la habitación quedó un desorden tal que los investigadores policiales no descartaban que el móvil del crimen haya sido el robo.
El hallazgo
Svaiger vivía desde hace más de 20 años junto a su marido Salomón Westein en el departamento 5 del tercer piso del edificio Rochdale I. El hallazgo del cadáver se produjo ayer, cerca de las 9.
El portero del edificio llegó al lugar, como todos los días, a las 6. Primero limpió el palier de ingreso y lavó la vereda. Después comenzó a realizar una recorrida de rutina por los pasillos de los distintos pisos. Cuando llegó al piso 3 observó que la puerta del apartamento de Svaiger se encontraba entreabierta.
El detalle llamó la atención del empleado, quien conocía muy bien a la anciana y sabía que desde hacía varios días estaba sola en la casa por la enfermedad del marido. El portero golpeó la puerta y como nadie respondía desde adentro decidió asomarse. Entonces pudo ver que había un gran desorden, especialmente en la habitación de la mujer, por lo que decidió avisar directamente a la policía. "Enseguida sospeché que habían entrado a robar, por eso ni siquiera entré al departamento y llamé a la policía", contó el encargado del edificio, que trabaja en ese puesto desde hace casi 20 años.
La policía descubrió a la anciana muerta y maniatada en la habitación. Su rostro presentaba huellas evidentes de haber sufrido un feroz castigo y su boca estaba tapada con una cinta adhesiva. Los investigadores dijeron ayer que para establecer las causas de muerte había que esperar los resultados de la autopsia, pero una primera hipótesis indica que la mujer fue asesinada a golpes o por asfixia.
Los peritos también encontraron lesiones cortantes que no eran de gravedad, pero que delatarían cierto grado de torturas. Además, todos los muebles de la recámara habían sido revueltos. "Casi no se podía caminar alrededor de la cama por el desorden", graficó una fuente vinculada a la investigación al describir el estado en que fue encontrada la habitación.
Sin explicación
El crimen era todo un misterio para la policía. En ninguno de los dos departamento contiguos al de Rebeca habían escuchado ruidos extraños o gritos. En el piso hay otros dos apartamentos más, cuyos ocupantes tampoco percibieron algo raro. Una chica que vive justo frente al lugar del hecho contó: "Anoche llegué a las 12.30 y todo estaba normal, no había puertas abiertas".
En la otra vivienda que está pegada a la de la anciana vive un grupo de estudiantes que aparentemente había salido durante la noche del viernes. Según algunos testigos, el único movimiento que se vio en el lugar fue cuando Svaiger recibió la visita de una hermana el viernes a la tarde.
En tanto, la mortera del Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias (Sies) tardó casi tres horas en retirar el cuerpo de la anciana asesinada ayer en el centro de la ciudad.
Cuando la jueza Susana de Pigliacampo ya se había retirado del lugar y los peritos de la policía habían concluido su trabajo, los familiares de la víctima sufrieron la insoportable e incomprensible espera de una ambulancia que está destinada exclusivamente para cumplir con esa tarea específica y que se demoró una eternidad.