* Cocina: antes incluso de que Karlos Arguiñano aprendiera a hacer un huevo frito, la cocina vasca ya era famosa en todo el mundo. En la parte vieja de la ciudad se pueden comer excelentes platos de pescado a un precio accesible. * Excursiones: Donostia-San Sebastián puede ser un buen punto de partida para conocer en detalle Gipuzkoa y todo el País Vasco. En verano pueden visitarse los dólmenes de Bianditz y las minas romanas de Arditurri, los baños termales de los alrededores y el Museo Zuloaga en Zumaia. Por sus contrastes merecen visitarse, además, tres monumentos religiosos de gran importancia, el Santuario de San Ignacio de Loyola en Azpeitia -siglo XVII, estilo barroco-, la ermita de Nuestra Señora de la Antigua en Zumarraga -siglo XIII, románico-gótico- y el santuario de Nuestra Señora de Arantzazu en Oñati -siglo XX, moderno-. * Idioma: la mayor parte de los carteles y folletos que el visitante encuentra en San Sebastián están escritos en español y euzkera, pero este bilingüismo desaparece en beneficio de este último apenas se sale de las grandes ciudades. La grafía de nombres y topónimos varía ligeramente en ese idioma. * Internet: Puede recabarse más información sobre Donostia-San Sebastián visitando el sitio de su Ayuntamiento: www.donsnsn.es * Playas: En verano son especialmente concurridas las tres playas principales de la ciudad: la de la Zurriola, junto al Palacio de los Congresos, la de Ondarreta y, en especial, la de la Concha, ubicada en el corazón de la bahía de San Sebastián, frente a la isla de Santa Clara. * Política: Es conveniente no hablar de política, excepto que uno desee embarcarse en una conversación de muchas horas. En cualquier caso, el respeto y la tolerancia lo ayudarán a comprender el punto de vista vasco sobre la cuestión. Recuerde que usted no puede poseer -mucho menos desde el otro lado del mar- la verdad absoluta, y que blancos y negros son la base de prejuicios y sólo alimentan errores de interpretación.
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