La industria cárnica está a punto de explotar. La demora de más de un mes en la instrumentación de los subsidios a los trabajadores de las plantas frigoríficas suspendidos como consecuencia de la crisis de la aftosa, calentó los ánimos en el sector, que ya expresó con diversos cortes de ruta realizados esta semana.
"Si no hay solución para los trabajadores de la carne en Santa Fe se van a generalizar los cortes de rutas en toda la provincia, que se preparen las TOE porque los trabajadores preferimos morir en las rutas a que nos sigan matando de hambre", señaló el sindicalista Sixto Vallejos, uno de los máximos referentes del sector, luego de la concentración que realizaron los empleados de la planta de Cepa en Venado Tuerto.
Casi al mismo tiempo que la dirigencia gremial santafesina se reunía en Venado Tuerto, los empresarios del sector mantenían intensos contactos en Rosario. "Esto está cada vez peor, en el gobierno se patean la pelota entre el Ministerio de Economía y la Ansés, y la situación es peligrosísima", señaló Gonzalo Méndez, gerente de la Cámara de Frigoríficos de Santa Fe.
Empresarios y trabajadores del sector acordaron hace más de un mes con el gobierno nacional y del de Santa Fe un plan de auxilio a la industria de la carne, afectada por el cierre de mercados externos como consecuencia de la aparición de aftosa.
El convenio incluía el pago de un subsidio de entre 150 y 300 pesos, por el término de seis meses, para los 2.300 empleados que se encuentran suspendidos en todo el territorio provincial, como fórmula alternativa al despido. Por la alta concentración de plantas exportadoras radicadas en su territorio, la provincia es la más perjudicada por la crisis de los mercados externos, y la que más cantidad de trabajadores tiene en situación de precariedad laboral.
"La resolución instrumentando el subsidio ya fue firmada por la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, pero en el Ministerio de Economía dicen que están esperando a que la Ansés le responda si hay plata", se quejó Méndez, quien advirtió que "hay que pagar las quincenas de mayo y las empresas no podrán afrontar los pagos, porque tienen las plantas paralizadas".
El directivo se quejó porque ninguno de los puntos del convenio de competitividad firmado por empresarios, autoridades y trabajadores, se cumplió. "Se demora todo en las segundas líneas del gobierno nacional, por ejemplo salió una resolución de la Afip difiriendo el pago de cargas sociales y al mismo tiempo llegan cartas de intimación de la misma dependencia", se quejó. También advirtió que aún no están disponibles los créditos blandos que tenía previsto instrumentar la Nación.
Más energía
Desde el sector empresario se elogió la respuesta que hasta el momento dio el gobierno provincial a la emergencia, aunque reclamaron mayor emergencia del gobernador Reutemann a la hora de reclamar para que la Nación asuma sus compromisos.
Empresarios y gremialistas coinciden en señalar que la situación es muy grave y advierten que, de no haber respuestas antes de fin de mes, el escenario de empresas en quiebra y despidos de empleados será más que una amenaza. La peor parte de esto es que muchos frigoríficos aseguran que incluso se verán en dificultades para pagar las indemnizaciones en caso de llegar a los despidos. La fórmula alternativa consensuada entre todas las partes pasa por el subsidio del gobierno a los empleados suspendidos. Pero hasta ahora la plata no llegó.
Desde el punto de vista de los establecimientos, la iliquidez que sufren y que arrastra a todo el complejo productivo, incluído los productores, se complica con los efectos que está comenzando a tener el impuesto al cheque. Fuentes del sector señalaron que "a una empresa exportadora ese gravamen les chupa entre 1 y 3 millones por año".
Para colmo, las noticias no son buenas en el frente internacional. El presidente del Senasa, Bernardo Cané, asistió esta semana a la reunión de la Organización Internacional de Epizootias. Mantuvo reuniones con sus pares europeos, en un intento por destrabar el ingreso de mercadería argentina a ese mercado, aunque admitió que la decisión del viejo continente puede demorarse com consecuencia de las duras posiciones que en su momento tomaron los países que impulsaron el cierre de fronteras.