San Nicolás (Enviada Especial).- Con unos 15 kilos menos y rasgos de una profunda angustia en su rostro, el empresario y abogado Enrique Gamerro llegó sorpresivamente a su casa de esta ciudad la noche del sábado. Habían transcurrido más de dos meses desde que su familia denunciara su misteriosa desaparición. Tras reencontrarse con su esposa, el empresario decidió presentarse espontáneamente ante la fiscalía local para aclarar su situación y allí aseguró que sufrió una crisis personal que lo obligó a distanciarse de sus afectos y obligaciones.
Durante el tiempo que se mantuvo desconectado de su hogar, "el empresario viajó a Brasil, Chile y Egipto", sostuvieron fuentes judiciales.
El fiscal Héctor Tanús recibió al matrimonio Gamerro el domingo a medianoche en la Dirección Departamental de Investigaciones de San Nicolás y la reunión se extendió hasta pasadas las 2 de la madrugada de ayer.
En su declaración al fiscal, el empresario se abstuvo de señalar el origen de su crisis, más allá de señalar que se trataba de una cuestión personal, afectiva y producto de una gran estrés.
Gamerro dijo que había salido con su camioneta Land Rover Freelander color verde hacia Brasil. Allí se detuvo en Torres -donde fue visto por turistas argentinos- y luego siguió hasta un pueblito cercano a San Pablo. En ese sitio paró en una posada atendida por un matrimonio, que al verlo desmejorado le aconsejó que visitara a un médico. Para ese momento, Gamerro había perdido unos 15 kilos de peso y se sentía muy mal anímicamente, según trascendió de su declaración.
El médico que lo vio en Brasil le aconsejó despejarse para superar los conflictos y así Gamerro decidió abordar un avión hacia Santiago de Chile. Tras pasar unos días en ese país, el empresario tomó otro vuelo. El destino era El Cairo, en Egipto. Como pasajero en tránsito, el empresario pasó por Frankfurt y Atenas hasta llegar a la tierra de las pirámides.
Después de pasar unos días en la capital egipcia, Gamerro consideró que su ánimo había mejorado. Extrañaba a su familia y decidió volver. Para eso viajó nuevamente hacia Brasil, donde había dejado su camioneta, y emprendió su regreso por el mismo camino por el que abandonó la Argentina: la frontera de Paso de los Libres.
El martes 22 de mayo inició el retorno y el sábado a la tarde llegó a San Nicolás. Durante el viaje intentó comunicarse con su familia telefónicamente, sin éxito. Así que al llegar se dirigió a la casa de un amigo. Allí se enteró de que su esposa había viajado a la casa de su hermano, en Buenos Aires, y fue a buscarla.
Gamerro indicó al fiscal que en todo el tiempo que se mantuvo fuera de su hogar no tuvo contacto con diarios ni noticias locales, por lo que no tenía idea sobre el estado público que había tomado su desaparición.
El empresario indicó que durante el viaje utilizó dos veces su tarjeta de crédito, pero al advertir que los resúmenes llegarían a su domicilio, dejó de utilizar esa forma de pago. También señaló que el viaje no lo realizó en compañia de ninguna persona en particular.
Gamerro hizo sus declaraciones ante el fiscal luego de que el médico policial constatara que se encontraba "lúcido y coherente, aunque cursaba un cuadro depresivo que hace necesaria una asistencia sicológica y siquiátrica", indicó Tanús.
Gamerro es padre de una chica de 12 años y un bebé de 8 meses. Hijo de un prestigioso abogado nicoleño, también él se dedicó a las leyes y es reconocido como laboralista. Además, es propietario de una empresa de insumos eléctricos de la que planeaba consolidar una sucursal en Venezuela y que motivó un viaje a ese país apenas días antes de su desaparición. Por otra parte, es accionista de la FM Del Sol de San Nicolás.
La búsqueda
Gamerro se fue de su casa el 14 de marzo pasado. Ese día dijo que viajaría a Rosario a pagar una cuota de su camioneta 4x4. Antes de partir realizó una extracción de unos 40 mil pesos en un banco local. Después nadie supo más de él hasta el 31 de marzo, cuando una pareja de la ciudad bonaerense de Ingeniero Maschwitz se comunicó a la fiscalía para informar que lo habían visto en la zona de Torres, en Brasil. El matrimonio había conversado con Gamerro en esa localidad, aunque sin conocer que el hombre era intensamente buscado en la Argentina, de lo que se anoticiaron por los diarios días después de la charla.
Durante los quince días que siguieron a su desaparición, el empresario fue intensamente buscado por la policía ante la presunción de que el hombre hubiera sido secuestrado o víctima de un robo violento. La policía de San Nicolás realizó una amplia búsqueda que incluyó el rastrillaje de campos, ríos, arroyos y hasta operativos aéreos que no tuvieron éxito.
También participaron en su búsqueda la Policía Federal, Gendarmenría Nacional, Prefectura y policías provinciales. A partir del dato que indicaba que el empresario podía estar en Brasil, también Interpol colaboró en la pesquisa.