Daniel Leñini
El presidente de la Federación Universitaria Argentina (FUA), Manuel Terrádez, rechazó una vez más el proyecto del gobierno de crear una sobretasa impositiva para padres que ganen 2 mil o 3 mil pesos y manden a sus hijos a la universidad, conocido también como proyecto Petrei. Terrádez, que comenzó su militancia en Franja Morada de Rosario y hoy está al frente del máximo organismo estudiantil hasta el 2002, ratificó la realización de un plebiscito en las facultades y una marcha nacional universitaria en Capital Federal, el jueves. "Detrás de la máscara de la equidad se esconde un nuevo impuesto cuya base imponible es la educación, y que afecta fundamentalmente a la clase media", opinó el dirigente en una entrevista con La Capital. -Para quien gana 3 mil pesos la tasa del uno o dos por ciento representaría de 30 a 60 pesos. ¿Tan injusta le parece? -Acá el problema no es cuánto se recaude. Quienes plantearon a inicios de los 90 el impuesto educativo lo hicieron directamente con la fijación de un arancel. Ahora, en cambio, el gobierno lo presenta con un maquillaje simpático. Y resulta que es una propuesta regresiva, distorsiva, repudiable políticamente y mala técnicamente porque no recaudaría prácticamente nada. Si la voluntad del Ejecutivo nacional es redistribuir en forma más justa los ingresos, un nuevo impuesto a la clase media, que es la que estudia, trabaja, manda los hijos a las universidades, no es lo más adecuado. -Sin embargo, ya se ha institucionalizado, la clase media paga por el estudio de sus hijos en la primaria y la secundaria, y lo hace hasta en las oficiales mediante la cuota de la cooperadora. Y la universidad es gratis. ¿Es lógico? ¿No se corre contra lo que ocurre en el resto del mundo, donde para estar en la Universidad hay que pagar? -Lo que se debate en el mundo es la inversión que hace el Estado en educación, y en la Argentina es muy pobre. Además, nos resistimos a tratar los servicios educativos como si fuesen una mercancía. No es lo mismo que comprar un auto o una casa; la educación tiene otro tipo de valores. Desde la Federación hicimos distintas propuestas si es que quieren obtener recursos, como ser que reinstalen los aportes patronales para las empresas de servicios públicos privatizadas. O que haya una decisión política de combatir la evasión fiscal. O crear impuestos extraordinarios a firmas como Repsol-YPF que obtienen ganancias enormes y pagan impuestos ínfimos. Si hay una preocupación redistributiva que empiecen por ahí, no con los padres de la clase media. -Hay que admitir que un amplio sector de la clase media no envía sus hijos a la universidad y parte de sus impuestos va a las facultades, en algunos casos a financiar el estudio de alumnos crónicos con diez años en una carrera... -Insisto: el porcentaje de los recursos que el Estado le destina a las universidades es muy bajo. Veamos un ejemplo de política universitaria con el que la FUA no coincide, el de Estados Unidos, donde numerosas universidades son gratuitas, no todas son aranceladas, aunque es verdad que el sistema privado tiene más alumnos. Allá el Estado nacional o los estados locales, o la Fundación Ford (que por becar estudiantes goza de exenciones impositivas), todos ellos financian al 70 por ciento de los estudiantes en el 80 por ciento de sus gastos. Le sostienen el transporte, la vivienda, la comida, el material de estudio y la matrícula también. Si uno analiza el porcentaje del producto bruto interno que le destina Estados Unidos a la educación multiplica varias veces el de Argentina. Aquí la Universidad es no arancelada, pero pregúntele al padre de cualquier estudiante, a todos aquellos que mandan sus hijos a Rosario y son de otras localidades, si no tienen que pagar el transporte, la pensión, el alquiler del departamento, las fotocopias, los libros. ¿Y encima un arancel? Tenemos que debatir qué esfuerzo hace el Estado en inversión educativa. Y la respuesta es que es mínimo: en la Argentina debe representar el 0,35 por ciento del PBI, nada más que eso. -¿No es paradójico que el radicalismo impulse desde el gobierno esta suerte de arancelamiento y sean los mismos radicales, esta vez los que gobiernan las universidades y los centros de estudiantes, quienes más resistan? -Habría que preguntarles a los representantes del gobierno nacional por qué intentan tomar medidas que contradicen la plataforma electoral de la Alianza, que expresaba la gratuidad de la enseñanza en todos los niveles. Nosotros somos consecuentes con los principios e insistimos que la educación pública superior no debe ser un privilegio en la Argentina. -Las tres universidades más nuevas, la de Tres de Febrero, Lanús y Villa María, cobran un arancel voluntario. -Estamos en contra de ese modelo. En esas universidades hay una correlación de fuerzas políticas en sus órganos de cogobierno favorable a ese tipo de medidas. Hay 36 universidades nacionales en todo el país y tres que aplican esta tasa por estar enroladas en algún sector del peronismo universitario. Casi la mitad de los rectores de las universidades son justicialistas. -¿Los rectores de Tres de Febrero, Lanús y Villa María son justicialistas y por eso pasa esto? -Así es. -Clarín, a través de su portal, lanzó una encuesta que arrojó que el 70 por ciento está a favor de que el alumno que esté en condiciones de hacerlo debe pagar un arancel. -No dice cuánta gente votó, faltan precisiones. Nosotros vamos a hacer una encuesta nacional, en todas las facultades, el martes y miércoles próximos y presumo que el resultado va a ser otro. Totalmente.
| Para Terrádez, el gobierno traicionó la base aliancista. | | Ampliar Foto | | |
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