En los primeros cinco meses del año, el gobierno honra compromisos internacionales por 11.281 millones de dólares, que representan el 62% del total de los vencimientos de año. Así, quedan atrás los comentarios sobre un probable default de la deuda. Nada mejor que pagar para despejar dudas, y el día jueves se cumplió religiosamente con el pago de la amortización y renta del Bonte 2001. Este es un bono emblemático ya que nació en 1999 como producto de un canje de deuda y salió de circulación en el año 2001. Su pago demuestra que Argentina cumple.
Quedaron atrás los comentarios de académicos internacionales y nacionales que presagiaban el caos. Ahora el mercado tiene la palabra y, seguramente, una consolidada suba de títulos públicos y acciones, será la respuesta adecuada.
El gobierno argentino recibió en los últimos días de diciembre de 2000 un blindaje financiero que le aportó la liquidez necesaria para despejar algunas dudas que había en los mercados, pero no fue suficiente.
Luego sobrevino una nueva crisis política en el gobierno, pasaron tres ministros de Economía, la recaudación tributaria mostró una abrupta baja y los problemas de liquidez se fueron transformando en problemas de solvencia.
En este escenario, Domingo Cavallo asumió en el Ministerio de Economía. Al principio despreció a los mercados, pero tuvo que dar marcha atrás y realizar una vez más (como ya lo había hecho en el año 1993 con el Plan Brady) una operación financiera que le diera aire al gobierno. Esto le permitiría diseñar una estrategia a mediano plazo para crecer y, de esta forma, conseguir el superávit fiscal necesario para bajar el riesgo país, tratando de recuperar la inversión perdida.
Fue así como se pensó en un megacanje de bonos que ayudara a descomprimir los importantes vencimientos de corto plazo, pasando para futuro las obligaciones presentes. Sin lugar a dudas que toda refinanciación tiene un costo, la tasa será más alta que la actual, pero el premio es muy alto, ya que gracias a esta refinanciación el país seguirá siendo solvente en el corto plazo, y podrá rearmarse para pagar a futuro.
Se someten al canje bonos un total de 61.800 millones, de los cuales el 58% está en manos de inversores locales, y el 42% en inversores del exterior. El primer punto a analizar es que la deuda soberana (en este sesgado análisis sobre su total) está mayoritariamente en manos de inversores del país, a los que el no pago de la deuda o la declaración de cesación de pago de los bonos, hundiría en la peor de las crisis. Por ende, sería absurdo hablar a futuro de: a) no pagar la deuda; b) declarar cesación de pagos momentánea, y c) realizar quitas a la deuda existente.
En los tres casos explicados el efecto pobreza sobre los agentes económicos locales sería muy elevado, y la crisis sería mucho peor.
El segundo punto a tener en cuenta es que los bonos saldrán a tasas fijas no superiores al 12% anual, pero en el canje el Estado entregará mayor cantidad de títulos de los que reciba, para que el inversor que acepte la propuesta tenga al final de la inversión una tasa de retorno no inferior al 15% anual.
Como se entrega mayor cantidad de bonos que los recibidos, tomando una base de 20.000 millones de dólares en valor nominal por bonos a canjear, la deuda se incrementaría por el canje en 2.000 millones de dólares aproximadamente.
El canje da lugar a una caída en las necesidades de financiamiento de cara a los próximos años, ya que buena parte de los bonos que se ofrecerán en canje capitalizarán intereses en sus primeros 5 años de vida. Por ende, el gobierno no deberá afrontar el pago de los vencimientos de los servicios de la deuda en dicho período.
Como los intereses forman parte del gasto público, se notará una caída del gasto en los próximos años, que posibilitará cumplir holgadamente las metas con los organismos financieros internacionales, siempre que se cambie la conducta actual y comience el crecimiento.
Sin crecimiento no se podrá hacer frente a los compromisos internacionales a futuro. Como consecuencia, luego del megacanje el gobierno no tendrá que ocuparse de la cuestión financiera sino que deberá trabajar para que se recupere la actividad económica, baje el desempleo, aumente la productividad, y crezcan las exportaciones.
El mayor ahorro que se obtendrá por realizar esta operación es en el período 2001 y 2002, ya que tomando el caso hipotético de una operación de 20.000 millones de dólares, en dicho período se ahorraría 6.700 millones.
El canje de deuda es mucho más importante que el blindaje ya que éste aporta liquidez pero el megacanje dará la solvencia necesaria para poder salir de la recesión.
Para el público en general, no es conveniente canjear sus títulos, ya que perderían liquidez, y el premio es muy bajo. En cambio, las entidades financieras y AFJP, que son grandes tenedoras de estos títulos, están obligadas a canjearlos, ya que poseen un alto porcentaje de los títulos elegidos. Si bien no es compulsiva la participación en la operación, por la propia dinámica de su negocio están obligadas a realizarlo, ya que si el gobierno no paga la deuda o prosigue con un alto riesgo país, ambos sectores se verán muy perjudicados.
En cuanto a las perspectivas, los títulos argentinos tienen por delante un escenario muy alcista. La curva de rendimientos debería mostrar un cambio sustancial, mientras que en la actualidad los bonos cortos muestran rendimientos más elevados que los bonos largos.
La mayor confianza que se recupere después de esta operación permitirá cambiar la pendiente de esta curva y los bonos cortos mostrarán una caída en sus rendimientos (consecuentemente una suba en su paridad) y se ubicarán en niveles muchos más bajos que los bonos largos.
Los títulos con mayores perspectivas de suba son aquellos cuyo vencimiento opera entre los años 2009 y 2017, por endese recomienda la compra de Bonex Globales con vencimiento en dicho período. Las perspectivas de suba son superiores al 15% en el corto plazo.
Las acciones
En cuanto a la Bolsa, debería superar rápidamente la barrera de los 450 puntos, para habilitar una suba a la zona de los 500-540 puntos de índice Merval. En junio opera el vencimiento del mercado de futuros y opciones, y podría sobrevenir la venganza de los que siempre apuestan a la suba, y perdieron en los vencimientos pasados.
Los papeles a elegir son los que tienen mayor liquidez en el mercado y, en este caso, Grupo Galicia, PC Holding y Telecom se llevan todas las recomendaciones. Pero no hay que dejar de lado a otras acciones como Acindar, Siderar, Renault y Banco del Suquía, que con menor liquidez representan una alternativa de inversión interesante para los tiempos que corren.
Quedaron atrás los pronósticos pesimistas. Una vez más fue negocio comprar bonos y esperar cobrarlos (Bonte 2001). Si este camino dio resultado, lo mejor es no cambiar de estrategia.
A pesar de que muchos presagiaban el apocalipsis, otros contaron el dinero de las amortizaciones y rentas pagadas en los primeros cinco meses, y eso es lo que salda todo tipo de discusión, hasta las eminentemente académicas.