Año CXXXIV
 Nº 49.129
Rosario,
domingo  27 de
mayo de 2001
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Grave agresión a la hija de Bonafini
Fue golpeada, maniatada y quemada con cigarrillos en su vivienda platense. Acusaron a la policía

La titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, denunció ayer que varios desconocidos ingresaron a su casa de la ciudad de La Plata y golpearon, maniataron y quemaron con cigarrillos a su hija, para luego revolver el lugar y escapar sin llevarse nada.
Bonafini dijo que el hecho ocurrió el viernes pero se enteró ayer al retornar a su casa de la calle 45 número 1277, procedente de Brasil, cuando encontró totalmente lastimada a su hija María Alejandra Bonafini, de 35 años.
"Cuando llegué de Brasil, que acabo de llegar, la encontré lastimada y le pregunté qué pasó, y me contó cómo la golpearon y la quemaron con cigarrillos, le hicieron de todo", dijo Bonafini.
Su hija relató que "el viernes a la tarde tocaron el timbre. Cuando pregunto quién es me dicen que de Telefónica, que venían a poner un teléfono".
"Como estaba estaba esperando una línea no sospeché nada. Abro y había un tipo corpulento, morocho, de espaldas y vestido con ropa de fajina. Y había otro rubio, un poco más alto", agregó.
La mujer dijo: "En una fracción de segundo me tiran la puerta encima, me golpean y me ponen algo parecido a un trapo en la cabeza. Me llevaron adentro, yo intento defenderme y me empezaron a pegar en el pómulo, en la boca y en la frente".
"Me empezaron a pegar con algo que era como una goma, que es doloroso y no deja moretones, después me tiraron contra el piso y me arrastraron por la alfombra. No decían nada. Después uno me tiró arriba de una cama y se me vino encima, pero el otro lo paró. Y le dijo: «Qué hacés, si igual no se va a olvidar más de esto»".
Según denunció, los desconocidos, a quienes no les pudo ver el rostro, le quemaron el brazo con cigarrillos y, como trataba de defenderse, le ataron las manos con una cinta aisladora, le pusieron sobre la cabeza cubierta una bolsa de nylon y continuaron golpeándola "muy duro" en varias partes del cuerpo, hasta que perdió el conocimiento.
Desde ese lugar fue llevada hasta el baño, donde la pusieron cabeza abajo de una canilla y le gritaban: "Dale, respirá, pendeja", según recordó. "La única que trabaja así es la cana, el Ejército o los que torturaron y quedaron libres", dijo. Su madre también acusó a la policía.
La mujer descartó que la agresión haya tenido como móvil el robo ya que, dijo, en la casa tenía 170 pesos en monedas y otros 200 en una caja. "Cuando dieron vuelta los cajones había una pulsera y una cadena de oro y no se los llevaron. No tengo dudas de que fue para amedrentar, para que yo me separe de mi vieja", concluyó.


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