Orlando (enviado especial).- "Estados Unidos sigue siendo el país de la libertad y de la dignidad, el sueño americano sigue estando presente y es por eso también que millones de personas lo visitan cada año". La definición pertenece nada menos que al ex vicepresidente Al Gore y tuvo lugar en el cierre del Pow Wow International, la tradicional feria de turismo que se realiza anualmente y que esta vez tuvo lugar en Orlando, Florida, desde el 5 al 9 de mayo. Revela al mismo tiempo, de manera incontrastable, por la magnitud de su figura, la importancia que tiene para este país la industria del turismo.
La presencia de Al Gore y su discurso impactaron en las más de 5.000 personas presentes en el Orange County Convention Center, quienes no pudieron evitar ir de la emoción a las sonrisas, por las ironías de un candidato que, pese a su polémica derrota electoral, demuestra seguir manteniendo hidalguía y acatamiento a la Justicia que le otorgó finalmente la presidencia a George Bush. Al Gore volvió nuevamente a pisar el Estado de Florida, tan cargado de connotaciones para él, para demostrar que no hay resentimiento alguno y que está dispuesto a apoyar al gobierno elegido por la ciudadanía.
La herencia de Clinton
Una administración que hereda del último año de gestión de Bill Clinton un récord de 50,9 millones de personas que visitaron el país _un cinco por ciento más que en 1999_, segunda cifra en la economía del planeta y solamente superada por Francia, con 74,5 millones de personas que la visitaron en el año 2000.
De dónde proviene la mayoría de esos visitantes: Canadá, 14,6 millones; México, 10,3 millones; Japón, 5,1; Reino Unido, 4,7; Alemania, 1,8 y Francia, 1,09. Argentina, con más de 530 mil, ocupa el puesto 13º del ranking, detrás de Brasil, 737 mil, y Venezuela, 552 mil. Los datos fueron aportados por el Departamento de Comercio de los Estados Unidos y merecieron titulares en primera plana de los principales periódicos, habida cuenta de lo que implicó en puestos de trabajo generados y alcances en otros rubros comerciales e industriales colaterales al del turismo.
¿Puede imaginarse uno todo lo que producen, mueven o activan en una economía más de 50 millones de personas provenientes de todos los continentes? Demasiado. Los estadounidenses lo saben en profundidad; pueden dar detalles de todo lo que implica el ingreso de un nuevo turista, de las dificultades que deben resolver en determinados puntos del planeta para permitir mayor cantidad de vuelos directos, nuevos destinos o nuevas aerolíneas que comiencen a competir, como ha ocurrido este año en la Argentina con los vuelos de Delta Airlines; todo ello para que millones de personas tengan mejores posibilidades de llegar hasta su país. Las proyecciones del Departamento de Comercio indican que en el año 2003 rondaría en 60 millones el número de visitantes.
Objetivos de la feria
En este marco y para esos objetivos trabaja la Travel Industry Association of America (TIA), organizadora del Pow Wow. Un término, por otra parte, heredado de los aborígenes que habitaron ese suelo: pow wow era el llamado del viejo cacique a las demás tribus para intercambiar lo mejor de lo que cada una poseía. Pero que, desde hace unas tres décadas, resignificado en la convocatoria de estas ferias, implica concretamente la posibilidad para los Estados Unidos de mostrar al mundo, a través de operadores de turismo y de medios de comunicación, todos los lugares de su territorio que merecen ser visitados, las novedades y las alternativas de comercialización.
Para ello dispuso esta vez del Orange County Convention Center, un faraónico edificio donde los miles de asistentes se movieron sin dificultad y con total seguridad, tanto en los salones donde se ubicaron los stands como en las salas de disertaciones o conferencias de prensa. Alrededor de 1.000 empresas y prestadores de servicios turísticos se instalaron allí durante cinco días para dar a conocer sus ofertas. Y si bien ya se sabe cuáles son los estados o los lugares más demandados, no deja de sorprender que algunos de ellos, a los que la naturaleza no les fue pródiga en paisajes y clima, hayan logrado construir a través de otras variables, como cultura, tradiciones o centros de diversión, interesantes atractivos para descubrir. Aquí todos tienen qué mostrar, de costa a costa, de sur a norte, de pueblo a ciudad y de ciudad a Estado.
Nueva York, desde luego, fue una de las ciudades que más stands instaló en el salón central de exposición, pero también marcaron una gran presencia San Francisco, Los Angeles, Chicago, todo el Estado de Florida con Disney World, Universal Studios y Busch Garden en la ciudad de Tampa, Nevada y Virginia.
Claro que no toda la agenda estuvo centrada en el centro de convenciones. Los asistentes tuvieron un agasajo de recepción para el recuerdo en el Kennedy Space Center, en la costa de Florida, donde fueron recibidos, entre otras figuras de la aeronáutica, por Buzz Aldrin, el legendario astronauta que realizó la caminata lunar en 1969 con la misión Apolo XI. Y también recorrer las instalaciones donde se realiza el adiestramiento para la supervivencia en los misiones espaciales del Discovery.
Dos días después, fue el Walt Disney Parks and Resorts el centro de una gran fiesta donde las colectividades de ochos países ofrecieron lo mejor de sus comidas, danzas y música. Luego fue la noche de Sea World y el cierre en el Universal Studio, con todos los juegos temáticos, la gran tecnología de los simuladores, y con los tradicionales e interminables fuegos artificiales sobre el lago central.
A la hora del balance, los números siempre arrojan saldos positivos; entre las mil empresas que se presentaron y los más de 1.500 operadores que establecieron entrevistas con ellas ha quedado algo más que una formal presencia: se han establecido nuevas oportunidades, mejores negocios y una perspectiva alentadora para la continuidad de este fenómeno de intercambio que la modernidad ha llamado turismo.