Año CXXXIV
 Nº 49.129
Rosario,
domingo  27 de
mayo de 2001
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La crisis económica alcanzó al taller protegido de Villa Gobernador Gálvez
La entidad, en la que trabajan 28 jóvenes discapacitados, requiere de apoyo estatal para seguir subsistiendo

Villa Gobernador Gálvez. - Como a todas las pequeñas y medianas empresas argentinas, el taller protegido de esta ciudad, en el que se desempeñan 28 operarios con distintas discapacidades, fue alcanzado por la crisis. La directora de la entidad, Lidia Carrió, calificó de "un tanto delicada" la situación económica, ya que en la actualidad "no se está recibiendo ningún subsidio del gobierno provincial ni de la Municipalidad villagalvense para cubrir los gastos de mantenimiento".
El emprendimiento funciona desde octubre de 1995 y nació de la inquietud de un grupo de padres ante la falta de instituciones en la ciudad para seguir educando y conteniendo a sus hijos al terminar la escuela. Entre la producción del taller se cuenta la fabricación de bolsas de polietileno para residuos, negocios y a medida por encargue; trapos de piso y rejilla en forma artesanal.
Entre los clientes más importantes se cuentan a la Municipalidad villagalvense, el hospital provincial Anselmo Gamen y la Cooperativa Integral Limitada, la empresa Unilever, estaciones de servicio, escuelas, clínicas y particulares. Pero no alcanza.
"Todo taller protegido es deficitario y necesita apoyo estatal. Antes la Municipalidad nos daba 800 pesos, pero hace unos meses dejaron de aportar porque no cuenta con fondos", señaló Carrió.
La titular de la institución explicó que en la actualidad se mantiene, básicamente, con lo que se produce, y eso genera un déficit. A veces no escapan a las generales de la ley de los mercados, como cuando la compra de bolsitas que realiza la Municipalidad -que a su vez tampoco escapa a la crisis financiera que atraviesa toda la administración pública- dejó de ser algo seguro: hubo atrasos, deudas grandes financiadas, períodos sin ventas, en fin, como pasa en cualquier empresa."Necesitamos apoyo del Estado, el cual incluso está regulado por ley. En Rosario todos los talleres reciben aportes para el funcionamiento y becas para los operarios. Y acá tenemos un nivel de productividad excelente pero sin ayuda no podemos seguir", sostuvo Carrió.
El Taller Protegido de Villa Gobernador Gálvez funciona en un edificio propio desde el 25 de febrero de 1998. Mensualmente produce unas 40.000 bolsas, aunque una de las actividades más importantes es el embalado de juegos y cajas de aros de pistones, que se efectúa para la empresa Dana Argentina de Rosario, y otro trabajo que se realiza para Sabino Repuestos.
Uno de los emprendimientos más interesantes es el de conservas, bajo la marca Buena Cosecha. Se presentan en distintas variedades: ajíes, lomo de cerdo con champiñones, berenjenas, espárragos y gran variedad de legumbres y hortalizas.

El verdadero éxito
Más allá de lo económico, el objetivo es que los jóvenes se sientan útiles y puedan valerse por sí mismos en la medida de sus posibilidades. Eso está claro para Lidia, quien destacó como lo más importante de los últimos tiempos el progreso de los operarios. "El taller cumple con una función social, pero además funciona como escuela de aprendices, como capacitación para otras actividades, para conseguir trabajo en empresas de la zona", relató. Actualmente hay tres operarios que se están capacitando en la Escuela de Jardinería de Rosario, becados por el taller protegido.
Uno de los instructores, Francisco Tuttolomondo, encargado de la capacitación y supervisión de las tareas, señaló: "Hay chicos que lograron un ritmo sobresaliente y otros no, pero superaron las expectativas. La función de este taller es insertar a los jóvenes en la labor convencional, siempre en la medida de sus posibilidades".
Los instructores destacan que aquí se les enseña a ser responsables en el trabajo que realizan y en función de eso se les exige. "El taller no es una escuela, es una fábrica. Los chicos no son tratados como alumnos sino como operarios, y en ese sentido se los exige, claro que hasta donde pueden dar", dijo Francisco, respecto de la disciplina y seriedad que requiere el trabajo en el lugar.



Dicen que en el taller no hay alumnos sino operarios.
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