Balance de la asamblea vaticana de cardenales

Ciudad del Vaticano. - Como análisis del sexto Consistorio Extraordinario del pontificado de Juan Pablo II, el cardenal mexicano Juan Sandoval Iñíguez, arzobispo de Guadalajara y redactor del texto final del encuentro, dijo que "en él llamamos a la Iglesia a una pastoral más incisiva" para defender la vida y la familia.
En declaraciones a la Radio Vaticana sobre la asamblea de 155 cardenales, Sandoval dijo que "se habló también de la sugerencia que hizo el Papa sobre el nuevo milenio, de que la santidad es la base de todo programa pastoral y que es la obligación de todo cristiano como condición para la salvación. Se abundó sobre la santidad de la Iglesia".
Sandoval enfatizó que "el aspecto principal de mi relación fue sobre la familia y la vida, llamando a la Iglesia a una pastoral más incisiva y más fuerte para defenderlas".
El arzobispo de Guadalajara, puntualizó que "se llamó la atención de que la pastoral en la Iglesia es minimalista, haciendo referencia además a la formación de seminarios y la responsabilidad de las universidades católicas, colegios católicos, escuelas católicas e institutos de formación cristiana".
Según el cardenal Sandoval "otro tema del Consistorio Extraordinario fue la necesidad no solo de hacer practicantes del Evangelio y de la religión, sino lograr testigos de su fe en el mundo".
"Jesucristo es el único salvador en un mundo relativista, indiferente y secularista, donde cada quién pretende hacer su propio camino, relacionarse con Dios como el quiera. Nosotros los cristianos tenemos que publicar de que hay un solo Dios y un solo Señor Jesucristo ante los hombres", agregó.
El papa Juan Pablo II había pedido el jueves "un mayor compromiso misionario hacia los más pobres y los más necesitados". "Hacemos un llamado hacia los pueblos que sufren a causas de tensiones y de guerras renovando nuestro compromiso a obrar por la justicia, la solidaridad y la paz", dijeron por su parte los 155 cardenales en un documento. En la ceremonia de conclusión en la basílica de San Pedro, los purpurados venidos de todo el mundo renovaron la apelación de paz "en la tierra de Jesús" y en "el continente africano".