La carrera del magisterio dejó de ser una opción reservada únicamente para mujeres. Es más, en los últimos cinco años, cada vez fueron más los varones que se inclinaron por estudiarla. De los 26 mil docentes que hoy están afiliados a la Asociación de Magisterio de Santa Fe (Amsafé), el 10 por ciento (unos 2.600) son hombres. Una realidad que contrasta de manera notable con lo que ocurría hace dos décadas. A la hora de buscar las causas del fenómeno, los especialistas consultados no dudaron en remarcar que los varones buscan "la estabilidad laboral" que da el magisterio y la posibilidad de contar con "un sueldo seguro".
"Hace veinte años, esta carrera era casi exclusiva de las mujeres, pero hoy el 10 por ciento de los maestros de la provincia son hombres", aseguró la delegada de Amsafé Rosario, Stela Michalek, quien subrayó que "la mayor cantidad de varones se inclina por los profesorados vinculados a los aspectos técnicos. Hay muy pocos que opten por estudiar el profesorado de nivel inicial -antiguo jardín de infantes- o el de EGB 1 y 2" -ex primaria-.
Pero esa tendencia empezó a revertirse con los años. En la Escuela Normal Nº2, por ejemplo, en 1990 sólo dos varones habían optado por estudiar el profesorado de EGB 1 y 2, pero este año ya son 12 los que pueblan sus aulas.
"Sin lugar a dudas, la carrera de magisterio, que antes estaba reservada a la mujer, ahora atrae cada vez a más hombres", señaló la regente, Irma Mistro, quien subrayó que los estudiantes "no son en su mayoría jóvenes, sino que predominan los hombres maduros y padres de familia".
Opción para muchos desocupados
A la hora de analizar el perfil de los varones que eligen el magisterio para su futuro, Mistro puntualizó que "muchos se han quedado sin trabajo y en el tiempo libre empezaron a estudiar esta carrera que, al término de tres años, les puede garantizar una salida laboral".
Para la investigadora de recursos educativos Marta Cesaroni, el fenómeno de ingreso de varones a la carrera de magisterio "está muy vinculado con la búsqueda del empleo seguro. En realidad, la mayoría busca la posibilidad de acceder a un sueldo y una obra social, y la cuestión de la vocación queda un poco de lado", indicó.
En Rosario, el profesorado de EGB 1 y 2 (antes magisterio de nivel primario) puede estudiarse en cuatro establecimientos públicos (tres escuelas normales y el Instituto Superior de Profesorado Nº16) y más de una decena de privados.
El fenómeno que se registra en el Normal 2 se reproduce en cada uno de ellos. El el Normal Nº1 la enseñanza mixta del magisterio comenzó a dictarse en 1979. Sin embargo, fue en 1995 cuando ingresó el primer varón. Desde entonces, la presencia masculina en un ámbito que era exclusivo de mujeres se volvió una constante. Hoy, son cinco los varones que estudian el magisterio en esa escuela.
Similar situación sucede en el Normal Nº3. "En todos los cursos tenemos varones", señaló su regente, Víctor Donadello, quien aseguró que en ese instituto el ingreso de hombres "se duplicó durante los últimos cinco años. En 1996 había dos o tres alumnos estudiando esta carrera, pero hoy ya tenemos seis", indicó.
En el Profesorado Nº16, el otro instituto estatal donde puede estudiarse magisterio, también ya es una constante observar la presencia de varones en las aulas. "Incluso son mejores alumnos que las mujeres", reconoció una de las estudiantes del lugar.
Sin dudas, los tiempos han cambiado. Las carreras que hace unos años parecían exclusivas para mujeres hoy también son escogidas por los hombres. A la hora de la elección, crisis económica y búsqueda de trabajo seguro se entremezclan con vocación. Postales de una nueva realidad social donde hombres y mujeres han comenzado a desempeñar nuevos roles.
La Ciudad
